30 Aniversario de la Comunidada Latinoamericana
en San Pablo dentro de los Muros
2 de octubre del 2022, 10.30
A todos los que están en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia a ustedes y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (Romanos 1:7)
Celebrante: El Rev.do Austin K. Rios
Organistas: Stefano Vasselli y Kenneth Miller
Las lecturas corresponden a la versión de la Biblia Dios habla hoy, los salmos son tomados del Libro de Oración Común.
Palabras de Bienvenida
Ingreso
Dios es Amor
Abbot’s Leigh
Cantamos juntos
Dios es Amor, que el cielo lo adore;
Dios es Amor, regocíjese la tierra;
deja que la creación cante delante de él
y exaltarlo con una sola voz.
Dios que puso los cimientos de la tierra,
Dios que extiendes los cielos arriba,
Dios que respira a través de toda la creación:
Dios es Amor, Amor eterno.
Dios es amor; y el Amor nos envuelve,
todo el mundo en un solo abrazo:
con agarre infalible Dios nos sostiene,
todos los niños de todas las razas.
Y cuando los corazones humanos se rompen
bajo la barra de hierro del dolor,
entonces encontramos ese mismo dolor
en lo profundo del corazón de Dios.
Dios es amor; y aunque con ceguera
el pecado aflige a toda vida humana,
La eterna bondad amorosa de Dios
nos guía a través de nuestra lucha terrenal.
El pecado, la muerte y el infierno nunca
sobre nosotros la ganancia del triunfo final;
Dios es Amor, entonces Amor para siempre
sobre el universo debe reinar.
- Timothy Rees (1874-1939)
La Aclamación y la Colecta por la Pureza
Bendito sea Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Y bendito sea su reino, ahora y por siempre. Amén.
Dios omnipotente, para quien todos los corazones están manifiestos, todos los deseos son conocidos y ningún secreto se halla encubierto: Purifica los ensamientos de nuestros corazones por la inspiración de tu Santo Espíritu, para que perfectamente te amemos y dignamente proclamemos la grandeza de tu santo Nombre; por Cristo nuestro Señor. Amén.
Gloria
Cantamos unidos.
Gloria a Dios en las alturas,
y en la tierra paz a los hombres.
Te alabamos, te bendecimos,
te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, por tu grande gloria.
Señor Dios, Rey del cielo.
Señor, Hijo Unico, Jesucristo;
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre;
tu que quitas el pecado del mundo,
ten misericordia de nosotros.
Tú, que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica.
Tú, que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica.
Tú, que reinas junto al Padre,
ten piedad de nosotros.
Porque tú sólo eres santo;
Altissimo Señor tú sólo;
Jesucristo, con el Espíritu Santo,
en la gloria de Dios Padre. Amén.
Colecta del Día
El Señor sea con Ustedes.
Y con tu espíritu.
Oremos.
Omnipotente y sempiterno Dios, tú estás siempre más presto a escuchar que nosotros a orar, y a ofrecer más de lo que deseamos o merecemos: Derrama sobre nosotros la abundancia de tu misericordia, perdonándonos todo aquello que perturba nuestra conciencia, y otorgándonos aquello que no somos dignos de pedirte, sino por los méritos y mediación de Jesucristo nuestro Salvador; que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Tomen aciento por favor, para escuchar las lecturas.
La Primera Lectura
Lamentaciones 1:1-6
Lectura del libro de las Lamentaciones.
¡Cuán solitaria ha quedado la ciudad antes llena de gente! ¡Tiene apariencia de viuda la ciudad capital de los pueblos! ¡Sometida está a trabajos forzados la princesa de los reinos! Se ahoga en llanto por las noches; lágrimas corren por sus mejillas. De entre todos sus amantes no hay uno que la consuele. Todos sus amigos la han traicionado; se han vuelto sus enemigos. A más de sufrimientos y duros trabajos, Judá sufre ahora el cautiverio. La que antes reinaba entre los pueblos, ahora no encuentra reposo. Los que la perseguían, la alcanzaron y la pusieron en aprietos. ¡Qué tristes están los caminos de Sión! ¡No hay nadie que venga a las fiestas! Las puertas de la ciudad están desiertas, los sacerdotes lloran, las jóvenes se afligen y Jerusalén pasa amarguras. Sus enemigos dominan, sus adversarios prosperan. Es que el Señor la ha afligido por lo mucho que ha pecado. Sus hijos fueron al destierro llevados por el enemigo. Desapareció de la bella Sión toda su hermosura; sus jefes, como venados, andan en busca de pastos; arrastrando los pies, avanzan delante de sus cazadores.
Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.
El Salmo
Salmo 137
Super flumina
Todos responden con la segunda parte del verso.
1 Junto a los ríos de Babilonia, allí nos sentamos a llorar, *
al acordarnos de ti, oh Sión.
2 Sobre los álamos, en medio de ella, *
colgamos nuestras arpas;
3 Porque los que nos llevaron cautivos pedían una canción;
nuestros opresores pedían alegría: *
«Cántennos un cántico de Sión».
4 ¿Cómo cantaremos cántico del Señor *
en tierra extranjera?
5 Si me olvidare de ti, oh Jerusalén, *
pierda mi diestra su destreza.
6 Que se me pegue la lengua al paladar, Si no me acordare de ti, *
Si no pusiere a Jerusalén por encima de mi suma alegría.
7 Acuérdate del día de Jerusalén, oh Señor, en contra de los edomitas, *
que decían: «¡Arrásenla, arrásenla hasta los cimientos!»
8 ¡Oh hija de Babilonia, asoladora, *
dichoso el que te dé el pago de lo que tú nos hiciste!
9 ¡Dichoso el que tome tus niños *
y los estrelle contra la peña!
La Segunda Lectura
2 Timoteo 1:1-14
Lectura de la segunda carta de San Pablo a Timoteo.
Pablo, apóstol de Cristo Jesús, enviado por voluntad de Dios de acuerdo con la promesa de vida que se obtiene por medio de Cristo Jesús, saluda al querido hijo Timoteo. Que Dios Padre y Cristo Jesús nuestro Señor derramen su gracia, su misericordia y su paz sobre ti.
Al recordarte siempre en mis oraciones de día y de noche, doy gracias a Dios, a quien sirvo con una conciencia limpia, como sirvieron también mis antepasados. Me acuerdo siempre de tus lágrimas, y quisiera verte para llenarme de alegría. Porque me acuerdo de la fe sincera que tienes. Primero la tuvieron tu abuela Loida y tu madre Eunice, y estoy seguro de que también tú la tienes.
Por eso te recomiendo que avives el fuego del don que Dios te dio cuando te impuse las manos. Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino un espíritu de poder, de amor y de buen juicio. No te avergüences, pues, de dar testimonio a favor de nuestro Señor; ni tampoco te avergüences de mí, preso por causa suya. Antes bien, con las fuerzas que Dios te da, acepta tu parte en los sufrimientos que vienen por causa del evangelio. Dios nos salvó y nos ha llamado a formar un pueblo santo, no por lo que nosotros hayamos hecho, sino porque ése fue su propósito y por la bondad que ha tenido con nosotros desde la eternidad, por Cristo Jesús. Esa bondad se ha mostrado gloriosamente ahora en Cristo Jesús nuestro Salvador, que destruyó el poder de la muerte y que, por el evangelio, sacó a la luz la vida inmortal.
Dios me ha encargado de anunciar este mensaje, y me ha enviado como apóstol y maestro. Precisamente por eso sufro todas estas cosas. Pero no me avergüenzo de ello, porque yo sé en quién he puesto mi confianza; y estoy seguro de que él tiene poder para guardar hasta aquel día lo que me ha encomendado.
Sigue el modelo de la sana enseñanza que de mí has recibido, y vive en la fe y el amor que tenemos gracias a Cristo Jesús. Con la ayuda del Espíritu Santo que vive en nosotros, cuida de la buena doctrina que se te ha encomendado.
Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.
Canto al Evangelio
Cantamos todos juntos.
En Cristo no hay oriente ni occidente
En Cristo no hay oriente ni occidente,
en él no hay sur ni norte,
sino una gran comunión de amor
por toda la ancha tierra.
En Cristo habrá corazones sinceros en todas partes
su hallazgo de alta comunión.
Su servicio es el cordón de oro.
estrecha vinculación de la humanidad.
Junten sus manos, entonces, gente de fe,
cualquiera que sea tu raza.
Todos los hijos del Dios vivo
seguramente son parientes míos.
En Cristo ahora se encuentran tanto el este como el oeste,
en él se encuentran el sur y el norte.
Todas las almas cristianas están unidas como una
por toda la ancha tierra.
- John Oxenham (1852-1941)
El Evangelio
San Lucas 16:1-13
Santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, según San Luas.
¡Gloria a ti, Cristo Señor!
Jesús contó también esto a sus discípulos: «Había un hombre rico que tenía un mayordomo; y fueron a decirle que éste le estaba malgastando sus bienes. El amo lo llamó y le dijo: “¿Qué es esto que me dicen de ti? Dame cuenta de tu trabajo, porque ya no puedes seguir siendo mi mayordomo.” El mayordomo se puso a pensar: “¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me deja sin trabajo? No tengo fuerzas para trabajar la tierra, y me da vergüenza pedir limosna. Ya sé lo que voy a hacer, para tener quienes me reciban en sus casas cuando me quede sin trabajo.” Llamó entonces uno por uno a los que le debían algo a su amo. Al primero le preguntó: “¿Cuánto le debes a mi amo?” Le contestó: “Le debo cien barriles de aceite.” El mayordomo le dijo: “Aquí está tu vale; siéntate en seguida y haz otro por cincuenta solamente.” Después preguntó a otro: “Y tú, ¿cuánto le debes?” Éste le contestó: “Cien medidas de trigo.” Le dijo: “Aquí está tu vale; haz otro por ochenta solamente.” El amo reconoció que el mal mayordomo había sido listo en su manera de hacer las cosas. Y es que cuando se trata de sus propios negocios, los que pertenecen al mundo son más listos que los que pertenecen a la luz.
»Les aconsejo que usen las falsas riquezas de este mundo para ganarse amigos, para que cuando las riquezas se acaben, haya quien los reciba a ustedes en las viviendas eternas.
»El que se porta honradamente en lo poco, también se porta honradamente en lo mucho; y el que no tiene honradez en lo poco, tampoco la tiene en lo mucho. De manera que, si con las falsas riquezas de este mundo ustedes no se portan honradamente, ¿quién les confiará las verdaderas riquezas? Y si no se portan honradamente con lo ajeno, ¿quién les dará lo que les pertenece?
»Ningún sirviente puede servir a dos amos; porque odiará a uno y querrá al otro, o será fiel a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y a las riquezas.»
El Evangelio del Señor.
Te alabamos, Cristo Señor.
El Sermon
El Rev.do Austin K. Rios
El Credo Niceno
De pie, cantamos juntos.
Creemos en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador de cielo y tierra,
de todo lo visible e invisible.
Creemos en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza que el Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros y por nuestra salvación
bajó del cielo:
por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre.
Por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato:
padeció y fue sepultado.
Resucitó al tercer día,
según las Escrituras,
subió al cielo
y está sentado a la derecha del Padre.
De nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creemos en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Reconocemos un solo Bautismo para el perdón de los pecados.
Esperamos la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro. Amén.
Las Oraciones de los Fieles
Hermanas y hermanos, gracia, misericordia y paz de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor. Oremos juntos, diciendo: “Señor, tú eres nuestra porción, por eso, en ti esperamos”.
Da a tu Iglesia, oh Señor, la fuerza para mantener la sana enseñanza, la gracia de atesorar la fe y el amor que son en Cristo Jesús, y la ayuda del Espíritu Santo para agradarte en todo.
Silencio.
Señor, tú eres nuestra porción, por eso en ti esperaremos.
Libera a las naciones y reinos de este mundo de los caminos de la violencia y la guerra. Ten piedad de las víctimas de la guerra, especialmente de las que son consideradas daños colaterales, y de los que ejercen la violencia para que se conviertan a los caminos del amor.
Silencio.
Señor, tú eres nuestra porción, por eso en ti esperaremos.
Derrama sobre nosotros la abundancia de tu misericordia, oh Dios. Bendice la tierra y sus criaturas. Que seamos buenos y dignos mayordomos.
Agregue sus propias acciones de gracias, en voz alta o en silencio.
Señor, tú eres nuestra porción, por eso en ti esperaremos.
Gran Gobernador, tus misericordias son nuevas cada mañana: Oramos hoy por todos aquellos que se ven afectados negativamente por nuestros procesos políticos y divisiones partidistas. Oramos para que inspires a nuestros líderes a actuar desinteresadamente y con generosidad.
Silencio.
Señor, tú eres nuestra porción, por eso en ti esperaremos.
Dios eterno, siempre estás más dispuesto a oír que nosotros a orar, y a darnos más de lo que deseamos o merecemos: por tu Hijo Jesús, consuela, sana y libera a tu pueblo, especialmente a los que ahora nombramos.
Agregue sus propias peticiones, en voz alta o en silencio.
Señor, tú eres nuestra porción, por eso en ti esperaremos.Dios de amor, en tu Cristo aboliste la muerte y sacaste a la luz la vida y la inmortalidad por el evangelio: bendice a los moribundos ya los muertos, y danos a todos la vida eterna.
Silencio.
Señor, tú eres nuestra porción, por eso en ti esperaremos.
Oración por el Aniversario de la Comunidad LatinoAmericana:
Oremos juntos:
Padre de bondad infinita, nos reunimos hoy en adoración y acción de gracias por el aniversario de nuestra amada comunidad latinoamericana. Haz que podamos reflejar fielmente tu rostro en el mundo, y ser una Congregación abierta siempre dispuesta a acoger y servir a todas las personas de buena voluntad. Bendice y santifica la vida de todos nuestros miembros, de nuestros líderes y de todos aquellos que hacen posible que manifestemos nuestro amor en obras de misericordia y caridad. ¡Amén!
La Colecta después de las Oraciones
Omnipotente y eterno Dios, que gobiernas todas las cosas en el cielo y en la tierra: Acepta misericordiosamente las oraciones de tu pueblo y fortalécenos para hacer tu voluntad; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Confesión de Pecado
Todos permanecen de pie, o en rodillas.
Confesemos nuestros pecados contra Dios y contra nuestro prójimo.
Dios de misericordia,
confesamos que hemos pecado contra ti
por pensamiento, palabra y obra,
por lo que hemos hecho
y lo que hemos dejado de hacer.
No te hemos amado con todo el corazón;
no hemos amado a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Sincera y humildemente nos arrepentimos.
Por amor de tu Hijo Jesucristo,
ten piedad de nosotros y perdónanos;
así tu voluntad será nuestra alegría
y andaremos por tus caminos,
para gloria de tu Nombre. Amén.
Celebrante: Dios omnipotente tenga misericordia de ustedes, perdone todos sus pecados por Jesucristo nuestro Señor, les fortalezca en toda bondad y, por el poder del Espíritu Santo, les conserve en la vida eterna. Amén.
La Paz
Todos de pie.
La paz del Señor sea siempre con ustedes.
Y con tu espíritu.
Permanecemos en nuestros lugares mientras tomamos este tiempo para saludar a todos los que nos rodean, en nombre de la paz y la reconciliación.
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El Ofertorio
Algunos asistentes pasarán por la congregación para recoger ofrendas. Si desea hacer una donación con tarjeta de crédito, escanee el código a la derecha. Para obtener información sobre otras formas en que puede contribuir, visite esta pagina: https://www.stpaulsrome.it/donar/?lang=es
Musica all’Offertorio
Te ofrecemos Padre nuestro
Te ofrecemos, Padre nuestro, con el vino y con el pan
Nuestras penas y alegrías, el trabajo y nuestro afán.
Estos dones son el signo del esfuerzo de unidad
Que la humanidad realiza en el campo y la ciudad. Coro
Gloria sea dada al Padre, y a su Hijo Redentor y al espíritu divino.
Que nos llena de su amor. Coro.
Danza Tradicional de los Andes Ecuatorianos
Plegaria Eucaristica A
Todos de pie.
El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.
Elevemos los corazones.
Los elevamos al Señor.
Demos gracias a Dios nuestro Señor.
Es justo darle gracias y alabanza.
En verdad es digno, justo y saludable, darte gracias, en todo tiempo y lugar, Padre omnipotente, Creador de cielo y tierra.
Porque por medio del agua y del Espíritu Santo nos has hecho un pueblo nuevo en nuestro Señor Jesucristo, para manifestar tu gloria en todo el mundo.
Por tanto te alabamos, uniendo nuestras voces con los Angeles y Arcángeles, y con todos los coros celestiales que, proclamando la gloria de tu Nombre, por siempre cantan este himno:
Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
Padre Santo y bondadoso: En tu amor infinito nos hiciste para ti, y cuando caímos en pecado y quedamos esclavos del mal y de la muerte, tú, en tu misericordia, enviaste a Jesucristo, tu Hijo único y eterno, para compartir nuestra naturaleza humana, para vivir y morir como uno de nosotros, y así reconciliarnos contigo, el Dios y Padre de todos.
Extendió sus brazos sobre la cruz y se ofreció en obediencia a tu voluntad, un sacrificio perfecto por todo el mundo.
En la noche en que fue entregado al sufrimiento y a la muerte, nuestro Señor Jesucristo tomó pan; y dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, y dijo: «Tomen y coman. Este es mi Cuerpo, entregado por ustedes. Hagan esto como memorial mío».
Después de la cena tomó el cáliz; y dándote gracias, se lo entregó, y dijo: «Beban todos de él. Esta es mi Sangre del nuevo Pacto, sangre derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados. Siempre que lo beban, háganlo como memorial mío». Por tanto, proclamamos el misterio de fe:
Cristo ha muerto.
Cristo ha resucitado.
Cristo volverá.
Padre, en este sacrificio de alabanza y acción de gracias, celebramos el memorial de nuestra redención. Recordando su muerte, resurrección y ascención, te ofrecemos estos dones.
Santifícalos con tu Espíritu Santo, y así serán para tu pueblo el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, la santa comida y la santa bebida de la vida nueva en él que no tiene fin. Santifícanos también, para que recibamos fielmente este Santo Sacramento y seamos perseverantes en tu servicio en paz y unidad. Y en el día postrero, llévanos con todos tus santos al gozo de tu reino eterno.
Todo esto te pedimos por tu Hijo Jesucristo. Por él, y con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo, tuyos son el honor y la gloria, Padre omnipotente, ahora y por siempre. AMEN.
Oremos como nuestro Salvador Cristo nos enseñó.
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino, hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.
Fracción del Pan
¡Aleluya! Cristo, nuestra Pascua, se ha sacrificado por nosotros.
¡Celebremos la fiesta! ¡Aleluya!
Canto a la Fracción del Pan
Todos cantan la antífona.
Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida., dice el Señor.
El que come mi carne y bebe mi sangre, vive unido a mí, y yo vivo unido a él.
Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida, dice el Señor.
Todos los cristianos bautizados de cualquier denominación están invitados a participar plenamente en la Comunión. Los niños bautizados pueden recibir a discreción de sus padres. Si no desea comulgar, puede pasar al frente para recibir una bendición, se indica cruzando los brazos sobre el pecho. Hay hostias de comunión sin gluten disponibles; por favor levante su mano en la barandilla del altar para recibir uno.
Los Dones de Dios para el Pueblo de Dios. Amén.
El Cuerpo de Cristo, pan del cielo. Amén.
La Sangre de Cristo, cáliz de salvación. Amén.
Musica de la Comunión
G.P. da Palestrina – Super flumina Babylonis
Oracion después de la Comunión
Omnipotente y sempiterno Dios, te damos gracias
porque nos has nutrido con el alimento espiritual
del preciosísimo Cuerpo y Sangre
de tu Hijo, nuestro Salvador Jesucristo;
y porque nos aseguras, en estos santos misterios,
que somos miembros vivos del Cuerpo de tu Hijo
y herederos de tu reino eterno.
Y ahora, Padre, envíanos al mundo para cumplir la misión
que tú nos has encomendado,
para amarte y servirte
como fieles testigos de Cristo nuestro Señor.
A él, a ti y al Espíritu Santo,
sea todo honor y gloria, ahora y por siempre. Amén.
Bendición
Que el Espíritu de verdad les conduzca a toda verdad, confiriéndoles gracia para confesar que Jesucristo es el Señor, y proclamar las obras portentosas de Dios; y la bendición de Dios omnipotente, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, sea con ustedes y more con ustedes eternamente. Amén.
Salida
Caminemos e la luz de Dios
Siyahamba
Cantamos todos juntos.
Caminemos e la luz de Dios, (x4)
Caminemos, caminemos, oh,
Caminemos e la luz de Dios.
Caminemos, caminemos, oh,
Caminemos e la luz de Dios.
Siyahamba, ekukanyen’ kwenkos’, (x4)
Siyahamba, siyahamba, oh,
Siyahamba ekukanyen’ kwenkos’.
Siyahamba, siyahamba, oh,
Siyahamba ekukanyen’ kwenkos’.
We are marching in the light of God. (x4)
We are marching, we are marching, ooh,
We are marching in the light of God.
We are marching, we are marching, ooh,
We are marching in the light of God.
Despedida
Salgamos con gozo al mundo, en el poder del Espíritu. Let us go forth into the world, rejoicing in the power of the Spirit. ¡Alleluia, alleluia!
Demos gracias a Dios! Thanks be to God! Alleluia, alleluia!
Postludio
Antonio Soler (1729-1783) Sonata in C Major