11 de agosto de 2024, 10.30am

A todos los amados de Dios que están en Roma, llamados a ser santos:
Gracia a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (Romanos 1:7)

Celebrante y Predicador: El Reverendo Canónigo John W. Kilgore, M.D.
Vicario: El Rev. Dr. Francisco Alberca

Organista: Efisio Aresu


Las lecturas están tomadas de la versión Dios Habla Hoy de la Biblia; los Salmos siguen el Libro de Oración Común.
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Preludio

Leon Boellmann (1862-1897)
Prière a Nôtre Dame

Palabras de Bienvenida

Himno

Canten alabanza a Dios
Mit freuden zart

Todos de pie, cantamos juntos.

Cantad alabanzas a Dios que reina en lo alto,
el Dios de toda la creación,
el Dios de poder, el Dios de amor,
el Dios de nuestra salvación;
llena mi alma con bálsamo curativo,
y aquieta todo murmullo infiel:
a Dios toda alabanza y gloria.

Lo que el poder todopoderoso de Dios ha creado,
Su graciosa misericordia guarda;
por el brillo de la mañana o la sombra de la noche
su ojo vigilante nunca duerme.
Dentro del reino de su poder,
¡Mira! Todo es justo y todo está bien:
a Dios toda alabanza y gloria.

Que todos los que invocan el santo Nombre de Cristo
dale a Dios toda alabanza y gloria;
¡proclamen todos los que conocen su poder
En voz alta la maravillosa historia!
Echad de su trono todo ídolo falso,
El Señor es Dios y sólo él;
A Dios toda alabanza y gloria.

  • Johann Jakob Schütz (1640-1690)

Aclamación de Apertura

Bendito sea Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Y bendito sea su reino, ahora y siempre. Amén.

Dios omnipotente, para quien todos los corazones están manifiestos, todos los deseos son conocidos y ningún secreto se halla encubierto: Purifica los ensamientos de nuestros corazones por la inspiración de tu Santo Espíritu, para que perfectamente te amemos y dignamente proclamemos la grandeza de tu santo Nombre; por Cristo nuestro Señor. Amén.

La Colecta del Día

El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.
Oremos.

Otórganos, te suplicamos, oh Señor, el espíritu de pensar y hacer siempre lo justo; para que nosotros, que sin ti no podemos existir, seamos capaces, con tu ayuda, de vivir según tu voluntad; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Todos se sientan para las lecturas y el salmo.

La Lectura : 2 Samuel 18:5-9, 15, 31-33

Lectura del segundo libro de Samuel.

El rey David ordenó a Joab, a Abisai y a Itai que, en atención a él, trataran con consideración al joven Absalón, y todo el ejército escuchó la orden que el rey dio a los jefes acerca de Absalón. Así pues, las tropas marcharon al campo para enfrentarse con las tropas de Israel. La batalla tuvo lugar en el bosque de Efraín, y los de Israel fueron derrotados por los seguidores de David. Hubo una gran matanza aquel día, pues murieron veinte mil hombres. La lucha se había extendido por todo el territorio, y en esta ocasión el bosque mismo causó más muertes que la espada.

Absalón, que iba montado en un mulo, se encontró de repente frente a los seguidores de David. Entonces el mulo se metió debajo de una gran encina, y a Absalón se le quedó trabada la cabeza en las ramas, por lo que se quedó colgado en el aire, pues el mulo siguió de largo.

Luego, diez asistentes de Joab rodearon a Absalón, y lo remataron. En aquel momento llegó el etiope, y dijo: —Reciba estas buenas noticias Su Majestad: hoy el Señor ha hecho justicia a Su Majestad, librándolo del poder de todos los que se rebelaron contra Su Majestad. El rey preguntó al etiope: —Y el joven Absalón, ¿está bien? El etiope contestó: —Ojalá que los enemigos de Su Majestad y todos los que se rebelen contra Su Majestad y busquen su mal, acaben como ese muchacho.

El rey se conmovió, y subiendo al cuarto que estaba encima de la puerta, se echó a llorar. Y mientras caminaba, decía: «¡Absalón, hijo mío! ¡Absalón, hijo mío! ¡Ojalá yo hubiera muerto en tu lugar! ¡Hijo mío, Absalón, hijo mío!»

Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.

El Salmo

Salmo 34:1-8 : Benedicam Dominum
Diremos el salmo en forma responsiva.

1 Bendeciré al Señor a todas horas;
mis labios siempre lo alabarán.

2 Yo me siento orgulloso del Señor;
¡óiganlo y alégrense, hombres humildes!

3 Alabemos juntos y a una voz
la grandeza del nombre del Señor.

4 Recurrí al Señor, y él me contestó,
y me libró de todos mis temores.

5 Los que miran al Señor quedan radiantes de alegría
y jamás se verán defraudados.

6 Este pobre gritó, y el Señor lo oyó
y lo libró de todas sus angustias.

7 El ángel del Señor protege y salva
a los que honran al Señor.

8 Prueben, y vean que el Señor es bueno.
¡Feliz el hombre que en él confía!

Johann Sebastian Bach (1685-1750)
Sinfonia in G Minor

El Evangelio : Juan 6:35, 41-51

Santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, según Juan.
¡Gloria a ti, Cristo Señor!

Jesús dijo: —Yo soy el pan que da vida. El que viene a mí, nunca tendrá hambre; y el que cree en mí, nunca tendrá sed. Por esto los judíos comenzaron a murmurar de Jesús, porque afirmó: «Yo soy el pan que ha bajado del cielo.» Y dijeron: —¿No es este Jesús, el hijo de José? Nosotros conocemos a su padre y a su madre. ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo? Jesús les dijo entonces:
—Dejen de murmurar. Nadie puede venir a mí, si no lo trae el Padre, que me ha enviado; y yo lo resucitaré en el día último. En los libros de los profetas se dice: “Dios instruirá a todos.” Así que todos los que escuchan al Padre y aprenden de él, vienen a mí. «No es que alguno haya visto al Padre; el único que lo ha visto es el que procede de Dios. Les aseguro que quien cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan que da vida. Los antepasados de ustedes comieron el maná en el desierto, y a pesar de ello murieron; pero yo hablo del pan que baja del cielo; quien come de él, no muere. Yo soy ese pan vivo que ha bajado del cielo; el que come de este pan, vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi propia carne. Lo daré por la vida del mundo.»

El Evangelio del Señor.
Te alabamos, Cristo Señor..

El Sermón

El Rev.do Canónigo John W. Kilgore, M.D.

Todos se sientan

El Credo de Nicea

De pie, decimos juntos

Creemos en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador de cielo y tierra,
de todo lo visible e invisible.

Creemos en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza que el Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros y por nuestra salvación
bajó del cielo:
por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,

y se hizo hombre.
Por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato: padeció y fue sepultado.

Resucitó al tercer día,
según las Escrituras,
subió al cielo
y está sentado a la derecha del Padre.
De nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.

Creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creemos en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Reconocemos un solo Bautismo para el perdón de los pecados.
Esperamos la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro. Amén.

Oración de los Fieles : Fórmula VI

Párese o arrodíllese para las oraciones como pueda.
En las pausas, agregue vuestras peticiones, y acción de gracias, a alta voz o in silencio.

En paz oramos a ti, Señor Dios. Por todos los seres humanos en su vida y trabajo diarios;
Por nuestras familias, amigos y vecinos, y por los que están solos.

Por esta comunidad, por esta nación, y por el mundo entero;
Por cuantos trabajan por la justicia, la libertad y la paz.

Por el uso justo y adecuado de tu creación;
Por las víctimas del hambre, el temor, la injusticia y la opresión.

Por cuantos se hallan en peligro, tristeza, o cualquier otra adversidad;
Por los que ministran a los enfermos, a los desamparados y a los necesitados.

Por la paz y unidad de la Iglesia de Dios;
Por todos los que proclaman el Evangelio, y cuantos buscan la Verdad.

Por Michael, nuestro Obispo Presidente, y Sean, Obispo Presidente electo; para Mark, nuestro obispo, y el arzobispo Ian, director del Centro Anglicano en Roma; por Juan nuestro Rector Interino y Francisco nuestro Vicario; y por todos los obispos y demás ministros;
Para todos los que sirven a Dios en su Iglesia.

Dios Todopoderoso, tú conoces las necesidades de tu Iglesia en cada lugar: Míranos con gracia a nosotros, el pueblo de San Pablo Dentro de los Muros, y concédenos la guía de tu Espíritu Santo mientras buscamos un nuevo Sacerdote para esta parroquia. Danos discernimiento, sabiduría y confianza en tu tiempo. Oramos por la vida de nuestra parroquia, para que podamos seguir fortaleciéndonos en nuestra misión de “Dar testimonio en Roma de una fe cristiana dinámica y viva, abierta a todos y sin rechazar a nadie”. Todo esto te lo pedimos mientras caminamos en tus caminos para la gloria de tu nombre.

Oramos juntos por la paz. Oh Dios, que unes el cielo y la tierra en una sola paz: permite que el designio de tu gran amor redima el desamor de nuestras iras y dolores: y da paz a tu Iglesia, paz entre las naciones, paz en nuestras moradas y paz en nuestros corazones: por tu Hijo nuestro Salvador Jesucristo. Amén.

Atiéndenos, Señor; Porque grande es tu misericordia.

Te damos gracias, Señor, por todas las bendiciones de esta vida.

Te exaltaremos, oh Dios nuestro Rey;
Y alabaremos tu Nombre para siempre.

Te pedimos por todos los que han muerto, para que tengan un lugar en tu reino eterno.

Señor, concédeles tu misericordia;
Porque en ti han confiado.

También te pedimos por el perdón de nuestros pecados.

Ten misericordia de nosotros, Padre de toda bondad;
en tu compasión perdona nuestros pecados,
los conocidos y los desconocidos;
lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer.
Sustenta a tus siervos con tu Espíritu,
para que vivamos y te sirvamos en novedad de vida,
para honra y gloria de tu Nombre;
por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Dios omnipotente tenga misericordia de ustedes, perdone todos sus pecados por Jesucristo nuestro Señor, les fortalezca en toda bondad y, por el poder del Espíritu Santo, les conserve en la vida eterna. Amén.

La Paz

Todos de pie

La paz del Señor sea siempre con ustedes.
Y con tu espíritu.

Saludamos a todos los que nos rodean en nombre de la paz y la reconciliación.

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El Ofertorio

Algunos funcionarios pasarán entre vosotros para recoger vuestras ofrendas económicas.
Si prefieres hacer una donación online o con tarjeta de crédito sigue este enlace. Para obtener información sobre otras formas de donar: https://www.stpaulsrome.it/es/donar/

Música para el Ofertorio

Alexandre Guilmant (1837-1911)
Offertoire

El Gran Agradecimiento

Plegaria Eucarística A

El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.
Elevemos los corazones.
Los elevamos al Señor.
Demos gracias a Dios nuestro Señor.
Es justo darle gracias y alabanza.

En verdad es digno, justo y saludable, darte gracias, en todo tiempo y lugar, Padre omnipotente, Creador de cielo y tierra.

Porque tú eres fuente de luz y vida; nos hiciste a tu imagen, y nos llamaste a nueva vida en nuestro Señor Jesucristo.

Por tanto te alabamos, uniendo nuestras voces con los Ángeles y Arcángeles, y con todos los coros celestiales que, proclamando la gloria de tu Nombre, por siempre cantan este himno:

Sanctus

Cantamos juntos

Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

La Congregación permanece en pie o en rodillas.

Padre Santo y bondadoso: En tu amor infinito nos hiciste para ti, y cuando caímos en pecado y quedamos esclavos del mal y de la muerte, tú, en tu misericordia, enviaste a Jesucristo, tu Hijo único y eterno, para compartir nuestra naturaleza humana, para vivir y morir como uno de nosotros, y así reconciliarnos contigo, el Dios y Padre de todos.

Extendió sus brazos sobre la cruz y se ofreció en obediencia a tu voluntad, un sacrificio perfecto por todo el mundo.

En la noche en que fue entregado al sufrimiento y a la muerte, nuestro Señor Jesucristo tomó pan; y dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, y dijo: “Tomen y coman. Este es mi Cuerpo, entregado por ustedes. Hagan esto como memorial mío”.

Después de la cena tomó el cáliz; y dándote gracias, se lo entregó, y dijo: “Beban todos de él. Esta es mi Sangre del nuevo Pacto, sangre derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados. Siempre que lo beban, háganlo como memorial mío”.

Por tanto, proclamamos el misterio de fe:

Cristo ha muerto.
Cristo ha resucitado.
Cristo volverá.

Padre, en este sacrificio de alabanza y acción de gracias, celebramos el memorial de nuestra redención. Recordando su muerte, resurrección y ascensión, te ofrecemos estos dones.

Santificalos con tu Espíritu Santo, y así serán para tu pueblo el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, la santa comida y la santa bebida de la vida nueva en él que no tiene fin. Santifícanos también, para que recibamos fielmente este Santo Sacramento y seamos perseverantes en tu servicio en paz y unidad. Y en el día postrero, llévanos con todos tus santos al gozo de tu reino eterno.

Todo esto te pedimos por tu Hijo Jesucristo. Por él, y con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo, tuyos son el honor y la gloria, Padre omnipotente, ahora y por siempre. AMEN.

Padre Nuestro

Oremos como nuestro Salvador Cristo nos enseñó.

Los invitamos a orar en sus propios idiomas.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,

hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder, y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

Fracción del Pan

Cristo, nuestra Pascua, se ha sacrificado por nosotros.
¡Celebremos la fiesta!

Agnus Dei

Cantamos juntos

Cordero de Dios, tú quitas los pecados del mundo: ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, tú quitas los pecados del mundo: ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, tú quitas los pecados del mundo: danos la paz.

La Administración de la Comunión

Los dones de Dios para el pueblo de Dios.

Todos los cristianos bautizados de cualquier denominación están invitados a participar plenamente en la Comunión. Los niños bautizados pueden recibir a discreción de sus padres.

Si no deseas tomar la comunión, puedes acercarte para recibir una bendición.
indicado cruzando los brazos sobre el pecho. Se encuentran disponibles obleas de comunión sin gluten; por favor levante la mano para recibir uno.

Musica durante la Comunión

Johann Sebastian Bach (1685-1750)
O Mensch, bewein dein Sünde groß, BWV 622

Oración después de la Comunión

Oremos.

Eterno Dios, Padre celestial,
en tu bondad nos has aceptado como miembros vivos
de tu Hijo, nuestro Salvador Jesucristo;
nos has nutrido con alimento espiritual
en el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre.
Envíanos ahora en paz al mundo;
revístenos de fuerza y de valor
para amarte y servirte
con alegría y sencillez de corazón;
por Cristo nuestro Señor. Amén.

Bendición

La paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, guarda vuestros corazones y vuestras mentes en el conocimiento y amor de Dios, y de su Hijo, Jesucristo nuestro Señor; y la bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, sea sobre vosotros y permanezca con vosotros para siempre. Amén.

Himno

¡Alégraos, limpios de corazón!
Marion

¡Alégraos, limpios de corazón!
¡Alégraos, dad gracias y cantad!
Vos gloriosas banderas ondead en lo alto,
la cruz de Cristo tu Rey.

¡Alégraos, alégraos,
alégraos, dad gracias y cantad!

Con todos los coros de ángeles,
con todos los santos de la tierra,
derramad los acordes de alegría y dicha,
verdadero éxtasis, la más noble alegría.

Elevad vos claros hosannas,
y aleluyas en voz alta;
mientras los ecos contestan flotando hacia arriba,
como coronas de nube de incienso.

Sí, a lo largo del largo camino de la vida,
Todavía cantando mientras avanzad,
desde la juventud hasta la vejez, de noche y de día,
en alegría y en tristeza.

Sigue elevando vos banderas en alto,
todavía marchad en orden firme,
como se afanan los guerreros a través de la oscuridad,
hasta que amanece el día dorado.

  • Edward Hayes Plumptre (1821-1891)

La Despedida

Go in peace to love and serve the Lord.
Vayen en paz para amar y servir al Señor..
¡Demos gracias a Dios! Thanks be to God!

Postludio

Johann Sebastian Bach (1685-1750)
Fuga in do mayor BWV 564