Preludio de Órgano

Palabras de Bienvenida del Rector

Aclamación de Apertura

Celebrante: Bendito sea Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Pueblo: Y bendito sea su reino, ahora y por siempre. Amén.

Colecta del Día

Celebrante:
Te rogamos, oh Señor, que tu gracia siempre nos preceda y acompañe, para que continuamente nos dediquemos a buenas obras; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

La Lectura

Al ver los israelitas que Moisés tardaba en bajar del monte, se juntaron alrededor de Aarón y le dijeron: —Anda, haznos dioses que nos guíen, porque no sabemos qué le ha pasado a este Moisés que nos sacó de Egipto. Y Aarón les contestó: —Quítenles a sus mujeres, hijos e hijas, los aretes de oro que llevan en las orejas, y tráiganmelos aquí. Todos se quitaron los aretes de oro que llevaban en las orejas, y se los llevaron a Aarón, quien los recibió, y fundió el oro, y con un cincel lo trabajó hasta darle la forma de un becerro. Entonces todos dijeron: —¡Israel, éste es tu dios, que te sacó de Egipto! Cuando Aarón vio esto, construyó un altar ante el becerro, y luego gritó: —¡Mañana haremos fiesta en honor del Señor! Al día siguiente por la mañana se levantaron y ofrecieron holocaustos y sacrificios de reconciliación. Después el pueblo se sentó a comer y beber, y luego se levantaron a divertirse.

Entonces el Señor le dijo a Moisés: —Anda, baja, porque tu pueblo, el que sacaste de Egipto, se ha echado a perder. Muy pronto se han apartado del camino que yo les ordené seguir. Se han hecho un becerro de oro fundido, y lo están adorando y presentándole ofrendas; y dicen: “¡Israel, éste es tu dios, que te sacó de Egipto!” Además, el Señor le dijo a Moisés: —Me he fijado en esta gente, y me he dado cuenta de que son muy tercos. ¡Ahora déjame en paz, que estoy ardiendo de enojo y voy a acabar con ellos! Pero de ti voy a hacer una gran nación.

Moisés, sin embargo, trató de calmar al Señor su Dios con estas palabras: —Señor, ¿por qué vas a arder de enojo contra tu pueblo, el que tú mismo sacaste de Egipto con gran despliegue de poder? ¿Cómo vas a dejar que digan los egipcios: “Dios los sacó con la mala intención de matarlos en las montañas, para borrarlos de la superficie de la tierra”? Deja ya de arder de enojo; renuncia a la idea de hacer daño a tu pueblo. Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo y les dijiste: “Haré que los descendientes de ustedes sean tan numerosos como las estrellas del cielo, y toda esta tierra que les he prometido a ustedes se la daré como su herencia para siempre.” El Señor renunció a la idea que había expresado de hacer daño a su pueblo. – Éxodo 32: 1-14

Lector: Palabra del Señor.
Pueblo: Demos gracias a Dios.

Aleluya (Cantada por el Solista)

Proclamación del Evangelio

Celebrante: Santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, según Mateo.
Pueblo: Gloria a ti, oh Señor.

Jesús comenzó a hablarles otra vez por medio de parábolas. Les dijo: «Sucede con el reino de los cielos como con un rey que hizo un banquete para la boda de su hijo. Mandó a sus criados que fueran a llamar a los invitados, pero éstos no quisieron asistir. Volvió a mandar otros criados, encargándoles: “Digan a los invitados que ya tengo preparada la comida. Mandé matar mis reses y animales engordados, y todo está listo; que vengan al banquete.” Pero los invitados no hicieron caso. Uno de ellos se fue a sus terrenos, otro se fue a sus negocios, y los otros agarraron a los criados del rey y los maltrataron hasta matarlos. Entonces el rey se enojó mucho, y ordenó a sus soldados que mataran a aquellos asesinos y quemaran su pueblo. Luego dijo a sus criados: “El banquete está listo, pero aquellos invitados no merecían venir. Vayan, pues, ustedes a las calles principales, e inviten al banquete a todos los que encuentren.” Los criados salieron a las calles y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos; y así la sala se llenó de gente.

»Cuando el rey entró a ver a los invitados, se fijó en un hombre que no iba vestido con traje de boda. Le dijo: “Amigo, ¿cómo has entrado aquí, si no traes traje de boda?” Pero el otro se quedó callado. Entonces el rey dijo a los que atendían las mesas: “Átenlo de pies y manos y échenlo a la oscuridad de afuera. Entonces vendrán el llanto y la desesperación.” Porque muchos son llamados, pero pocos escogidos.» – Matthew 22:1-14

Celebrante: El Evangelio del Señor.
Pueblo: Loor a ti, oh Cristo.

Sermón

El texto del sermón se puede encontrar aquí.

Credo de los Apóstoles

Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen María.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.

Oraciones del pueblo y confesión, formulario VI

Líder: En paz oramos a ti, Señor Dios.

Silencio

Por todos los seres humanos en su vida y trabajo diarios;
Por nuestras familias, amigos y vecinos, y por los que están solos.

Por esta comunidad, por esta nación, y por el mundo entero;
Por cuantos trabajan por la justicia, la libertad y la paz.

Por el uso justo y adecuado de tu creación;
Por las víctimas del hambre, el temor, la injusticia y la opresión.

Por cuantos se hallan en peligro, tristeza, o cualquier otra adversidad;
Por los que ministran a los enfermos, a los desamparados y a los necesitados.

Por la paz y unidad de la Iglesia de Dios;
Por todos los que proclaman el Evangelio, y cuantos buscan la Verdad.

Por Michael nuestro Primado, y por Mark nuestro obispo, y por todos los obispos y demás ministros;
Por todos los que sirven a Dios en su Iglesia.

Por las necesidades e intereses especiales de esta congregación.

Pause; the People may add their own petitions, silently or aloud

Atiéndenos, Señor;
Porque grande es tu misericordia.

Te damos gracias, Señor, por todas las bendiciones de esta vida.

Pause; the People may add their own thanksgivings, silently or aloud

Te exaltaremos, oh Dios nuestro Rey;
Y alabaremos tu Nombre para siempre.

Te pedimos por todos los que han muerto, para que tengan un lugar en tu reino eterno.

Pause; the People may add their own petitions

Señor, concédeles tu misericordia;
Porque en ti han confiado.

También te pedimos por el perdón de nuestros pecados.

Líder y Pueblo:

Ten misericordia de nosotros, Padre de toda bondad;
en tu compasión perdona nuestros pecados, los conocidos y los desconocidos;
lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer.
Sustenta a tus siervos con tu Espíritu,
para que vivamos y te sirvamos en novedad de vida,
para honra y gloria de tu Nombre;
por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

La Paz

Responda en el idioma de su elección; intercambiados mientras están de pie en los asientos, sin contacto físico.

Celebrante: La paz del Señor sea siempre con ustedes.
Pueblo: Y con tu espíritu.

Música del Ofertorio y Preparación de la Mesa

Aquellos que deseen contribuir económicamente pueden hacerlo en línea durante este tiempo o colocar ofrendas en el plato al salir.

El Gran Agradecimiento

La Gran Plegaria Eucarística A

Celebrante: El Señor sea con ustedes.
Pueblo: Y con tu espíritu.
Celebrante: Elevemos los corazones.
Pueblo: Los elevamos al Señor.
Celebrante: Demos gracias a Dios nuestro Señor.
Pueblo: Es justo darle gracias y alabanza.

Celebrante: En verdad es digno, justo y saludable, darte gracias, en todo tiempo y lugar, Padre omnipotente, Creador de cielo y tierra.
Porque tú eres fuente de luz y vida; nos hiciste a tu imagen, y nos llamaste a nueva vida en nuestro Señor Jesucristo.
Por tanto te alabamos, uniendo nuestras voces con los Ángeles y Arcángeles, y con todos los coros celestiales que, proclamando la gloria de tu Nombre, por siempre cantan este himno:

Celebrante y Pueblo:

Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

Celebrante: Padre Santo y bondadoso: En tu amor infinito nos hiciste para ti, y cuando caímos en pecado y quedamos esclavos del mal y de la muerte, tú, en tu misericordia, enviaste a Jesucristo, tu Hijo único y eterno, para compartir nuestra naturaleza humana, para vivir y morir como uno de nosotros, y así reconciliarnos contigo, el Dios y Padre de todos.

Extendió sus brazos sobre la cruz y se ofreció en obediencia a tu voluntad, un sacrificio perfecto por todo el mundo. En la noche en que fue entregado al sufrimiento y a la muerte, nuestro Señor Jesucristo tomó pan; y dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, y dijo: “Tomen y coman. Este es mi Cuerpo, entregado por ustedes. Hagan esto como memorial mío”.

Después de la cena tomó el cáliz; y dándote gracias, se lo entregó, y dijo: “Beban todos de él. Esta es mi Sangre del nuevo Pacto, sangre derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados. Siempre que lo beban, háganlo como memorial mío”.

Por tanto, proclamamos el misterio de fe:

Celebrante y Pueblo:

Cristo ha muerto.
Cristo ha resucitado.
Cristo volverá.

Padre, en este sacrificio de alabanza y acción de gracias, celebramos el memorial de nuestra redención. Recordando su muerte, resurrección y ascensión, te ofrecemos estos dones. Santificalos con tu Espíritu Santo, y así serán para tu pueblo el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, la santa comida y la santa bebida de la vida nueva en él que no tiene fin. Santifícanos también, para que recibamos fielmente este Santo Sacramento y seamos perseverantes en tu servicio en paz y unidad. Y en el día postrero, llévanos con todos tus santos al gozo de tu reino eterno. Todo esto te pedimos por tu Hijo Jesucristo. Por él, y con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo, tuyos son el honor y la gloria, Padre omnipotente, ahora y por siempre. AMEN.

Celebrante y Pueblo: AMEN.

Padre Nuestro

Celebrante: Oremos como nuestro Salvador Cristo nos enseñó.

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre,
venga tu reino, hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino, tuyo es el poder, y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

Fracción del Pan

Celebrante: Aleluya. Cristo, nuestra Pascua, se ha sacrificado por nosotros.
Pueblo: Therefore let us keep the feast. ¡Aleluya!

Celebrante: Los Dones de Dios para el Pueblo de Dios.

Santa Comunión

Distribuido en pan solamente, llevado por los sacerdotes a los fieles en sus asientos. Las ostias sin gluten están disponibles para quien lo desee; indicar al registrarse.

Oración después de la Comunión

Celebrante y Pueblo:

Eterno Dios, Padre celestial,
en tu bondad nos has aceptado como miembros vivos
de tu Hijo, nuestro Salvador Jesucristo;
nos has nutrido con alimento espiritual
en el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre.
Envíanos ahora en paz al mundo;
revístenos de fuerza y de valor
para amarte y servirte
con alegría y sencillez de corazón;
por Cristo nuestro Señor. Amén.

Bendición y Despedida

Celebrante: Vayan en paz para amar y servir al Señor.
Pueblo: Demos gracias a Dios.

La congregación sale de la iglesia

Por favor, lleve su Libro de oración común al puesto junto al plato de la ofrenda para que puedan ser puestos en cuarentena y devueltos de manera segura para su uso después de siete días.
Deje su ofrenda en persona en el plato, si lo desea.
Salga por la puerta lateral al jardín y siéntase libre de desinfectarse las manos nuevamente al salir de la puerta hacia Via Napoli.