19 mayo, 2024, 10.30am

A todos los amados de Dios que están en Roma, llamados a ser santos:
Gracia a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (Romanos 1:7)

Celebrante & Predicador: El Rev.do Canonico John W. Kilgore, M.D.
Vicario: El Rev. Dr. Francisco Alberca

Organista: Stefano Vasselli
St. Paul’s Choir


Las lecturas están tomadas de la versión Dios Habla Hoy de la Biblia; los Salmos siguen el Libro de Oración Común.
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Preludio

Stefano Vasselli (1969 – )
Veni Creator Spiritus

Palabras de Bienvenida

Himno

Un sonido poderoso del cielo
Song of the Holy Spirit

Todos de pie, cantamos juntos.

Un sonido poderoso del cielo
En Pentecostés vino,
y llenó el lugar de reunión
con viento impetuoso y llamas:
lo que Cristo había prometido ahora ocurrió
mientras cada Apóstol hablaba la palabra
bajo el trueno del Espíritu,
y a los oídos de todos los que oyeron
proclamó la maravilla de la salvación.

En la calle de Salem se reunieron
una multitud de muchas tierras,
y todos en sus propias lenguas
el Evangelio han entendido:
porque por el triunfo del Hijo
la maldición de Babel fue deshecha
cuando Dios envió el Espíritu;
así a los benditos Tres en Uno
sea ​​honor, alabanza y mérito.

Entonces venid, pueblo cristiano todo,
mantén el festival hoy,
porché Dios el Espíritu Santo
mora con la Iglesia siempre:
y no le entristezcas, oh alma cristiana,
su gracia interior te sanará
en cuerpo, mente y espíritu,
hasta alcanzar la meta prometida,
para heredar un reino.

  • George B. Timms (b. 1910)

Aclamación de Apertura

¡Aleluya! ¡Cristo ha resucitado!
¡Es verdad! El Señor ha resucitado. ¡Aleluya!

Dios omnipotente, para quien todos los corazones están manifiestos, todos los deseos son conocidos y ningún secreto se halla encubierto: Purifica los ensamientos de nuestros corazones por la inspiración de tu Santo Espíritu, para que perfectamente te amemos y dignamente proclamemos la grandeza de tu santo Nombre; por Cristo nuestro Señor. Amén.

Gloria

Cantamos juntos

Gloria a Dios en las alturas,
y en la tierra paz a los hombres.

Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros:
te alabamos, te bendecimos,
te adoramos, te glorificamos, te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso.

Señor, Hijo único Jesucristo,
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre:
Tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
Tú que estás sentado a la derecha del Padre,
atiende nuestra súplica;

Porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor,
sólo tú Altísimo,
Jesucristo,
con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre. Amén.

La Colecta del Día

El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.
Oremos.

Dios omnipotente, en este día abriste el camino de la vida eterna a toda raza y nación por el don prometido de tu Espíritu Santo: Esparce este don sobre todo el mundo por la predicación del Evangelio, para que llegue a los confines de la tierra; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Todos se sientan para las lecturas y el salmo.

La Primera Lectura

Hechos 2:1-21

Lectura de los Hechos.

Cuando llegó la fiesta de Pentecostés, todos los creyentes se encontraban reunidos en un mismo lugar. De repente, un gran ruido que venía del cielo, como de un viento fuerte, resonó en toda la casa donde ellos estaban. Y se les aparecieron lenguas como de fuego que se repartieron, y sobre cada uno de ellos se asentó una. Y todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu hacía que hablaran.

Vivían en Jerusalén judíos cumplidores de sus deberes religiosos, que habían venido de todas partes del mundo. La gente se reunió al oír aquel ruido, y no sabía qué pensar, porque cada uno oía a los creyentes hablar en su propia lengua. Eran tales su sorpresa y su asombro, que decían: —¿Acaso no son galileos todos estos que están hablando? ¿Cómo es que los oímos hablar en nuestras propias lenguas? Aquí hay gente de Partia, de Media, de Elam, de Mesopotamia, de Judea, de Capadocia, del Ponto y de la provincia de Asia, de Frigia y de Panfilia, de Egipto y de las regiones de Libia cercanas a Cirene. Hay también gente de Roma que vive aquí; unos son judíos de nacimiento y otros se han convertido al judaísmo. También los hay venidos de Creta y de Arabia. ¡Y los oímos hablar en nuestras propias lenguas de las maravillas de Dios! Todos estaban asombrados y sin saber qué pensar; y se preguntaban: —¿Qué significa todo esto? Pero algunos, burlándose, decían: —¡Es que están borrachos!

Entonces Pedro se puso de pie junto con los otros once apóstoles, y con voz fuerte dijo: «Judíos y todos los que viven en Jerusalén, sepan ustedes esto y oigan bien lo que les voy a decir. Éstos no están borrachos como ustedes creen, ya que apenas son las nueve de la mañana. Al contrario, aquí está sucediendo lo que anunció el profeta Joel, cuando dijo: “Sucederá que en los últimos días, dice Dios, derramaré mi Espíritu sobre toda la humanidad; los hijos e hijas de ustedes comunicarán mensajes proféticos, los jóvenes tendrán visiones, y los viejos tendrán sueños. También sobre mis siervos y siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días, y comunicarán mensajes proféticos. En el cielo mostraré grandes maravillas, y sangre, fuego y nubes de humo en la tierra. El sol se volverá oscuridad, y la luna como sangre, antes que llegue el día del Señor, día grande y glorioso. Pero todos los que invoquen el nombre del Señor, alcanzarán la salvación.”

Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.

El Salmo

Salmo 104:25-35, 37
Benedic, anima mea

25 ¡Cuán múltiples tus obras, oh Señor *
Hiciste todas ellas con sabiduría;
la tierra está llena de tus criaturas.

26 He allí el grande y anchuroso mar,
en donde bullen criaturas sin número, *
tanto pequeñas como grandes.

27 Allí se mueven las naves,
allí está ese Leviatán, *
que modelaste para jugar con él.

28 Todos ellos te aguardan, *
para que les des comida a su tiempo.

29 Se la das, la recogen; *
abres tu mano, se sacian de bienes.

30 Escondes tu rostro y se espantan; *
les quitas el aliento;
expiran y vuelven a su polvo.

31 Envías tu Espíritu y son creados; *
así renuevas la faz de la tierra.

32 Perdure la gloria del Señor para siempre; *
alégrese el Señor en todas sus obras.

33 El mira a la tierra, y ella tiembla; *
toca los montes, y humean.

34 Cantaré al Señor mientras viva; *
alabaré a mi Dios mientras exista.

35 Que le sea agradable mi poema; *
me regocijaré en el Señor.

37 Bendice, alma mía, al Señor. *
¡Aleluya!

La Segunda Lectura

Romanos 8:22-27

Lectura de la Carta de S. Pablo a los Romanos.

Sabemos que hasta ahora la creación entera se queja y sufre como una mujer con dolores de parto. Y no sólo ella sufre, sino también nosotros, que ya tenemos el Espíritu como anticipo de lo que vamos a recibir. Sufrimos profundamente, esperando el momento de ser adoptados como hijos de Dios, con lo cual serán liberados nuestros cuerpos. Con esa esperanza hemos sido salvados. Sólo que esperar lo que ya se está viendo no es esperanza, pues, ¿quién espera lo que ya está viendo? Pero si lo que esperamos es algo que todavía no vemos, tenemos que esperarlo sufriendo con firmeza. De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. Porque no sabemos orar como es debido, pero el Espíritu mismo ruega a Dios por nosotros, con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe qué es lo que el Espíritu quiere decir, porque el Espíritu ruega, conforme a la voluntad de Dios, por los del pueblo santo.

Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.

Himno

Cual murmullo de paloma

Cantamos juntos, de pie.

Cual murmullo de paloma,
cual su gracia en el volar,
cual vigor de fuerte viento,
cual la llama en su brillar:
Ven, Santo Espíritu, ven.

A los miembros de su cuerpo,
a las ramas de la vid,
a la iglesia en fe reunida,
a su seno, cual señal:
Ven, Santo Espíritu, ven.

Con poder que sana y une,
con la voz de la oración,
con amor y testimonio,
con tu incomparable paz:
Ven, Santo Espíritu, ven.

  • Carl P. Daw Jr.Traductor: Skinner Chávez-Melo

El Evangelio

Juan 15:26-27; 16:4b-15

Santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, según San Juan.
¡Gloria a ti, Cristo Señor!

Jesús dijo a sus discípulos, »Cuando venga el Defensor que yo voy a enviar de parte del Padre, el Espíritu de la verdad que procede del Padre, él será mi testigo. Y ustedes también serán mis testigos, porque han estado conmigo desde el principio.

Les digo esto para que, cuando llegue el momento, se acuerden de que yo se lo había dicho ya. »No les dije esto desde un principio porque yo estaba con ustedes. Pero ahora me voy para estar con el que me ha enviado, y ninguno de ustedes me pregunta a dónde voy; al contrario, se han puesto muy tristes porque les he dicho estas cosas. Pero les digo la verdad: es mejor para ustedes que yo me vaya. Porque si no me voy, el Defensor no vendrá para estar con ustedes; pero si me voy, yo se lo enviaré. Cuando él venga, mostrará claramente a la gente del mundo quién es pecador, quién es inocente, y quién recibe el juicio de Dios. Quién es pecador: el que no cree en mí; quién es inocente: yo, que voy al Padre, y ustedes ya no me verán; quién recibe el juicio de Dios: el que gobierna este mundo, que ya ha sido condenado.

»Tengo mucho más que decirles, pero en este momento sería demasiado para ustedes. Cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que dirá todo lo que oiga, y les hará saber las cosas que van a suceder. Él mostrará mi gloria, porque recibirá de lo que es mío y se lo dará a conocer a ustedes. Todo lo que el Padre tiene, es mío también; por eso dije que el Espíritu recibirá de lo que es mío y se lo dará a conocer a ustedes.

El Evangelio del Señor.
Te alabamos, Cristo Señor.

El Sermón

El Rev.do Canónico John W. Kilgore M.D.

Todos se sientan

El Credo de Nicea

Cantamos juntos, de pie.

Creemos en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador de cielo y tierra,
de todo lo visible e invisible.

Creemos en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza que el Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros y por nuestra salvación
bajó del cielo:
por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,

y se hizo hombre.
Por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato:
padeció y fue sepultado.

Resucitó al tercer día,
según las Escrituras,
subió al cielo
y está sentado a la derecha del Padre.
De nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.

Creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creemos en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Reconocemos un solo Bautismo para el perdón de los pecados.
Esperamos la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro. Amén.

Oraciones de los Fieles

Párese o arrodíllese para las oraciones como pueda.
En las pausas, agregue vuestras peticiones, y acción de gracias, a alta voz o in silencio.

Embriácanos con visiones y sueños que nos alinearán contigo. Sacúdanos de nuestra inercia a la acción.

Ven a nuestras vidas con poder. Ven, Espíritu Santo, y quédate con nosotros.

Transforma nuestra melancolía en alegría, nuestra preocupación en paz, nuestra desesperación en esperanza. Oramos por la curación de quienes sufren cualquier angustia o enfermedad.

Ven a nuestras vidas con sanación. Ven, Espíritu Santo, y quédate con nosotros.

Transforma nuestras almas cansadas y heridas en almas encendidas por la misión de Dios.

Pausa

Ven, Espíritu Santo, y quédate con nosotros.

Oh Dios, que unes el cielo y la tierra en una sola paz: permite que el designio de tu gran amor redima el desamor de nuestras iras y dolores: y da paz a tu Iglesia, paz entre las naciones, paz en nuestras moradas y paz en nuestros corazones: por tu Hijo nuestro Salvador Jesucristo. Amén.

La Colecta después de las Oraciones

Omnipotente y eterno Dios, que gobiernas todas las cosas en el cielo y en la tierra: Acepta misericordiosamente las oraciones de tu pueblo y fortalécenos para hacer tu voluntad; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.

La Paz

Todos de pie

La paz del Señor sea siempre con ustedes.
Y con tu espíritu.

Saludamos a todos los que nos rodean en nombre de la paz y la reconciliación.

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El Ofertorio

Algunos asistentes pasarán por la congregación para recoger ofrendas.
Si desea hacer una donación con tarjeta de crédito u otros métodos, sigan este enlace, o visita nuestra página web: https://www.stpaulsrome.it/donar/?lang=es

Música para el Ofertorio

Spiritual: arr. Vasselli
I’m gonna sing!

El Gran Agradecimiento

Plegaria Eucarística C

El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.
Elevemos los corazones.
Los elevamos al Señor.
Demos gracias a Dios nuestro Señor.
Es justo darle gracias y alabanza.

Dios de todo poder, Soberano del universo, tú eres digno de gloria y alabanza.
Gloria a ti, ahora y por siempre.

A tu mandato, todas las cosas llegaron a ser: la vasta extensión del espacio interestelar, las galaxias, los soles, los planetas en su trayectoria, y esta frágil tierra, nuestro hogar insular.
Por tu voluntad fueron creadas y tienen su ser.

De los elementos primarios formaste la raza humana y nos bendijiste con la memoria, la razón y la destreza. Nos hiciste soberanos de la creación. Mas nos volvimos contra ti, traicionando tu confianza, y también nos volvimos unos contra otros.
Ten misericordia, Señor, porque somos pecadores delante de ti.

Una y otra vez, nos llamaste a regresar. Por los profetas y los sabios, nos revelaste tu justa Ley. Y en la plenitud de los tiempos enviaste a tu único Hijo, nacido de mujer, para cumplir tu Ley, y abrirnos el camino de libertad y paz.
Por su sangre nos ha reconciliado. Por sus heridas somos sanados.

Por tanto te alabamos, uniéndonos a los coros celestiales, con los profetas, apóstoles y mártires, y con aquéllos de todas las generaciones que te han buscado con esperanza, para proclamar con ellos el incesante himno de tu gloria:

Sanctus

Cantamos juntos

Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en las alturas.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en las alturas.

La Congregación permanese en pie o en rodillas.

Y así, Padre, los que hemos sido redimidos por él y hechos un pueblo nuevo por medio del agua y del Espíritu, traemos ahora ante ti estos dones. Santifícalos por tu Espíritu Santo para que sean el Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo.

En la noche en que fue traicionado, tomó pan, dijo la bendición, partió el pan y lo dio a sus amigos, y dijo: “Tomen y coman. Este es mi Cuerpo, entregado por ustedes. Hagan esto como memorial mío”.

Después de la cena tomó el cáliz, dio gracias, y dijo : “Beban todos de él. Esta es mi Sangre del nuevo Pacto, sangre derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados. Siempre que lo beban, háganlo como memorial mío”.

Recordando ahora su obra de redención, y ofreciéndote este
sacrificio de acción de gracias,

celebramos su muerte y resurrección, mientras esperamos el día de su venida.

Señor Dios de nuestros Padres; Dios de Abrahán, Isaac y Jacob; Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo: Abre nuestros ojos para ver tu mano en el mundo que nos rodea. Líbranos de la presunción de acercarnos a esta Mesa buscando sólo consuelo y no fortaleza; buscando sólo perdón y no renovación. Que la gracia de esta Santa Comunión nos haga un solo cuerpo, un solo espíritu en Cristo, a fin de que dignamente sirvamos
al mundo en su nombre.

Señor resucitado, muéstrate a nosotros en la fracción del Pan.

Padre, acepta estas plegarias y alabanzas, por Jesucristo, nuestro gran Sumo Sacerdote, a quien contigo y el Espíritu Santo, tu Iglesia rinde honor, gloria y adoración de generación en generación. AMEN.

Padre Nuestro

Oremos como nuestro Salvador Cristo nos enseñó.

Los invitamos a orar en sus propios idiomas.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,

hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder, y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

Fracción del Pan

Cristo, nuestra Pascua, se ha sacrificado por nosotros.
¡Celebremos la fiesta!

Agnus Dei

Todos cantan el Antífona después de el Coro

Cordero de Dios, tú quitas los pecados del mundo: ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, tú quitas los pecados del mundo: ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, tú quitas los pecados del mundo: danos paz.

La Administración de la Comunión

Los dones de Dios para el pueblo de Dios.

Todos los cristianos bautizados de cualquier denominación están invitados a participar plenamente en la Comunión. Los niños bautizados pueden recibir a discreción de sus padres.

Si no desea comulgar, puede pasar al frente para recibir una bendición,
se indica cruzando los brazos sobre el pecho. Hay hostias de comunión sin gluten disponibles;
por favor levante su mano en la barandilla del altar para recibir uno.

Musica durante la Comunión

John Rutter (1945 – )
The Lord bless you

Oración después de la Comunión

Oremos.

Eterno Dios, Padre celestial,
en tu bondad nos has aceptado como miembros vivos
de tu Hijo, nuestro Salvador Jesucristo;
nos has nutrido con alimento espiritual
en el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre.
Envíanos ahora en paz al mundo;
revístenos de fuerza y de valor
y sencillez de corazón;
con alegría y sencillez de corazón;
por Cristo nuestro Señor. Amén.

Bendición

Que el Espíritu de verdad les conduzca a toda verdad, confiriéndoles gracia para confesar que Jesucristo es el Señor, y proclamar las obras portentosas de Dios; y la bendición de Dios omnipotente, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, sea con ustedes y more con ustedes eternamente. Amén.

Himno

Espíritu Santo, siempre vivo
Abbott’s Leigh

Cantamos juntos

Espíritu Santo, siempre vivo
como la vida misma de la Iglesia;
Espíritu Santo, siempre esforzándote
a través de ella en una lucha incesante;
Espíritu Santo, siempre formando
en la Iglesia la mente de Cristo;
te alabamos con adoración sin fin
por tus frutos y regalos sin precio.

Espíritu Santo, siempre obrando
a través del ministerio de la Iglesia;
vivificar, fortalecer y absolver,
liberar a los pecadores cautivos;
Espíritu Santo, siempre vinculante
edad en edad, y alma en alma,
en una compañerismo interminable
a ti te adoramos y ensalzamos.

  • Timothy Rees (1874-1939)

La Despedida

Salgamos con gozo al mundo, en el poder del Espíritu. Let us go forth into the world, rejoicing in the power of the Spirit. Alleluia, alleluia!
Demos gracias a Dios. Thanks be to God! Alleluia, alleluia!

Postludio

J. S. Bach (1685-1750)
Fantasia sobre ‘Komm, Heiliger Geist’