19 de marzo, 10.30

A todos los amados de Dios que están en Roma, llamados a ser santos:
Gracia a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (Romanos 1:7)

Celebrante: El Rev.do Austin K. Rios

Organistas: Stefano Vasselli & Kenneth Miller


Las lecturas están tomadas de la versión Dios Habla Hoy de la Biblia; los Salmos siguen el Libro de Oración Común.

Este servicio se transmitirá en vivo en YouTube.


Preludio

El Señor es mi Pastor
Antonin Dvořák (1841-1904)

Ingreso

El Rey de amor es mi pastor
St. Colomba

Todos de pie, cantamos juntos

El Rey del amor es mi pastor,
cuya bondad nunca falla;
nada me falta si soy suyo,
y él es mío para siempre.

Donde fluyen arroyos de agua viva,
mi alma redimida él conduce,
y donde crecen los verdes pastos,
con comida celestial alimenta.

Perverso y tonto a menudo me desvié,
pero sin embargo en el amor me buscó,
y sobre su hombro suavemente puesto,
y a casa, gozoso, me trajo.

En el valle oscuro de la muerte no temo ningún mal
contigo, amado Señor, a mi lado;
tu vara y tu cayado siguen siendo mi consuelo,
tu cruz delante para guiarme.

Tú pones una mesa delante de mí;
tu unción otorga la gracia;
y ay que transporte de delicia
de tu puro cáliz fluye!

Y así a lo largo de todos los días
Tu bondad nunca falla:
Buen Pastor, que pueda cantar tu alabanza
dentro de tu casa para siempre.

  • Henry Williams Baker (1821-1877)

Aclamación de Apertura

Bendigan al Señor, quien perdona todos nuestros pecados.
Para siempre es su misericordia.

Dios omnipotente, para quien todos los corazones están manifiestos, todos los deseos son conocidos y ningún secreto se halla encubierto: Purifica los ensamientos de nuestros corazones por la inspiración de tu Santo Espíritu, para que perfectamente te amemos y dignamente proclamemos la grandeza de tu santo Nombre; por Cristo nuestro Señor. Amén.

Kyrie

Kenneth Miller

Cantamos juntos

Kyrie eleison, kyrie eleison, kyrie eleison, eleison, eleison.
Christe eleison, Christe eleison, Christe eleison, eleison, eleison.
Kyrie eleison, kyrie eleison, kyrie eleison, eleison, eleison.

La Colecta del Día

El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.
Oremos.

Padre bondadoso, cuyo bendito Hijo Jesucristo descendió del cielo para ser el pan verdadero que da vida al mundo: Danos siempre este pan, para que él viva en nosotros y nosotros en él; quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

Todos se sientan para las lecturas y el salmo.

La Primera Lectura

1 Samuel 16:1-13

Lectura del primero libro de Samuel.

El Señor dijo a Samuel: —¿Hasta cuándo vas a estar triste por causa de Saúl? Ya no quiero que él siga siendo rey de Israel. Anda, llena de aceite tu cuerno, que quiero que vayas a la casa de Jesé, el de Belén, porque ya escogí como rey a uno de sus hijos. —¿Y cómo haré para ir? —respondió Samuel—. ¡Si Saúl llega a saberlo, me matará! El Señor le contestó: —Toma una ternera y di que vas a ofrecérmela en sacrificio. Después invita a Jesé al sacrificio, y yo te diré lo que debes hacer. Consagra como rey a quien yo te diga. Samuel hizo lo que el Señor le mandó. Y cuando llegó a Belén, los ancianos de la ciudad salieron a recibirle con cierto temor, y le preguntaron: —¿Vienes en son de paz? —Así es —respondió Samuel—. Vengo a ofrecer un sacrificio al Señor. Purifíquense y acompáñenme a participar en el sacrificio. Luego Samuel purificó a Jesé y a sus hijos, y los invitó al sacrificio.

Cuando ellos llegaron, Samuel vio a Eliab y pensó: «Con toda seguridad éste es el hombre que el Señor ha escogido como rey.» Pero el Señor le dijo: «No te fijes en su apariencia ni en su elevada estatura, pues yo lo he rechazado. No se trata de lo que el hombre ve; pues el hombre se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.» Entonces Jesé llamó a Abinadab, y se lo presentó a Samuel; pero Samuel comentó: —Tampoco a éste ha escogido el Señor. Luego le presentó Jesé a Samá; pero Samuel dijo: —Tampoco ha escogido a éste. Jesé presentó a Samuel siete de sus hijos, pero Samuel tuvo que decirle que a ninguno de ellos lo había elegido el Señor. Finalmente le preguntó: —¿No tienes más hijos? —Falta el más pequeño, que es el que cuida el rebaño —respondió Jesé. —Manda a buscarlo —dijo Samuel—, porque no comenzaremos la ceremonia hasta que él llegue. Jesé lo mandó llamar. Y el chico era de piel sonrosada, agradable y bien parecido. Entonces el Señor dijo a Samuel: —Éste es. Así que levántate y conságralo como rey. En seguida Samuel tomó el recipiente con aceite, y en presencia de sus hermanos consagró como rey al joven, que se llamaba David. A partir de aquel momento, el espíritu del Señor se apoderó de él. Después Samuel se despidió y se fue a Ramá.

Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.

El Salmo

Salmo 23
Dominus regit me

Todos permanecen sentados y cantan el Estribillo con el Coro.

Estribillo:

Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno; porque tú estás conmigo.

1 El Señor es mi pastor; *
nada me faltará.

2 En verdes pastos me hace yacer; *
me conduce hacia aguas tranquilas.

3 Aviva mi alma *
y me guía por sendas seguras por amor de su Nombre.

Estribillo

4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno; *
porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento.

5 Aderezarás mesa delante de mi en presencia de mis angustiadores; *
unges mi cabeza con óleo; mi copa está rebosando.

6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, *
y en la casa del Señor moraré por largos días.

Estribillo

La Segunda Lectura

Efesios 5:8-14

Lectura de la Carta de San Pablo a los Efesios.

Ustedes antes vivían en la oscuridad, pero ahora, por estar unidos al Señor, viven en la luz. Pórtense como quienes pertenecen a la luz, pues la luz produce toda una cosecha de bondad, rectitud y verdad. Examinen siempre qué es lo que agrada al Señor. No compartan la conducta estéril de los que son de la oscuridad; más bien sáquenla a la luz. Pues hasta vergüenza da hablar de lo que ellos hacen en secreto; pero cuando todas las cosas son puestas al descubierto por la luz, quedan en claro, porque todo lo que se deja poner en claro, participa de la luz. Por eso se dice: «Despierta, tú que duermes; levántate de entre los muertos, y Cristo te alumbrará.»

Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.

Himno al Evangelio

Tu palabra me da vida

All stand and sing.

Tu palabra me da vida, confío en ti, Señor
Tu palabra es eterna
En ella esperaré

Dichoso el que con vida intachable
Camina en la ley del Señor
Dichoso el que guardando sus preseptos
Lo busca de todo corazón.

El Evangelio

Juan 9:1-41

Santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, según San Juan.
¡Gloria a ti, Cristo Señor!

Juan 9:1-41

Al salir, Jesús vio a su paso a un hombre que había nacido ciego. Sus discípulos le preguntaron: —Maestro, ¿por qué nació ciego este hombre? ¿Por el pecado de sus padres, o por su propio pecado? Jesús les contestó: —Ni por su propio pecado ni por el de sus padres; fue más bien para que en él se demuestre lo que Dios puede hacer. Mientras es de día, tenemos que hacer el trabajo del que me envió; pues viene la noche, cuando nadie puede trabajar. Mientras estoy en este mundo, soy la luz del mundo. Después de haber dicho esto, Jesús escupió en el suelo, hizo con la saliva un poco de lodo y se lo untó al ciego en los ojos. Luego le dijo: —Ve a lavarte al estanque de Siloé (que significa: «Enviado»). El ciego fue y se lavó, y cuando regresó ya podía ver. Los vecinos y los que antes lo habían visto pedir limosna se preguntaban: —¿No es éste el que se sentaba a pedir limosna? Unos decían: —Sí, es él. Otros decían: —No, no es él, aunque se le parece. Pero él mismo decía: —Sí, yo soy. Entonces le preguntaron: —¿Y cómo es que ahora puedes ver? Él les contestó: —Ese hombre que se llama Jesús hizo lodo, me lo untó en los ojos, y me dijo: “Ve al estanque de Siloé, y lávate.” Yo fui, y en cuanto me lavé, pude ver. Entonces le preguntaron: —¿Dónde está ese hombre? Y él les dijo: —No lo sé.

El día en que Jesús hizo el lodo y devolvió la vista al ciego era sábado. Por eso llevaron ante los fariseos al que había sido ciego, y ellos le preguntaron cómo era que ya podía ver. Y él les contestó: —Me puso lodo en los ojos, me lavé, y ahora veo. Algunos fariseos dijeron: —El que hizo esto no puede ser de Dios, porque no respeta el sábado. Pero otros decían: —¿Cómo puede hacer estas señales milagrosas, si es pecador? De manera que hubo división entre ellos, y volvieron a preguntarle al que antes era ciego: —Puesto que te ha dado la vista, ¿qué dices de él? Él contestó: —Yo digo que es un profeta.

Pero los judíos no quisieron creer que había sido ciego y que ahora podía ver, hasta que llamaron a sus padres y les preguntaron: —¿Es éste su hijo? ¿Declaran ustedes que nació ciego? ¿Cómo es que ahora puede ver? Sus padres contestaron: —Sabemos que éste es nuestro hijo, y que nació ciego; pero no sabemos cómo es que ahora puede ver, ni tampoco sabemos quién le dio la vista. Pregúntenselo a él; ya es mayor de edad, y él mismo puede darles razón. Sus padres dijeron esto por miedo, pues los judíos se habían puesto de acuerdo para expulsar de la sinagoga a cualquiera que reconociera que Jesús era el Mesías. Por eso dijeron sus padres: «Pregúntenselo a él, que ya es mayor de edad.»
Los judíos volvieron a llamar al que había sido ciego, y le dijeron: —Dinos la verdad delante de Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es pecador. Él les contestó: —Si es pecador, no lo sé. Lo que sí sé es que yo era ciego y ahora veo. Volvieron a preguntarle: —¿Qué te hizo? ¿Qué hizo para darte la vista? Les contestó: —Ya se lo he dicho, pero no me hacen caso. ¿Por qué quieren que se lo repita? ¿Es que también ustedes quieren seguirlo? Entonces lo insultaron, y le dijeron: —Tú serás discípulo de ese hombre; nosotros somos discípulos de Moisés. Y sabemos que Dios le habló a Moisés, pero de ése no sabemos ni siquiera de dónde ha salido. El hombre les contestó: —¡Qué cosa tan rara! Ustedes no saben de dónde ha salido, y en cambio a mí me ha dado la vista. Bien sabemos que Dios no escucha a los pecadores; solamente escucha a los que lo adoran y hacen su voluntad. Nunca se ha oído decir de nadie que diera la vista a una persona que nació ciega. Si este hombre no viniera de Dios, no podría hacer nada. Le dijeron entonces: —Tú, que naciste lleno de pecado, ¿quieres darnos lecciones a nosotros? Y lo expulsaron de la sinagoga.

Jesús oyó decir que habían expulsado al ciego; y cuando se encontró con él, le preguntó: —¿Crees tú en el Hijo del hombre? Él le dijo: —Señor, dime quién es, para que yo crea en él. Jesús le contestó: —Ya lo has visto: soy yo, con quien estás hablando. Entonces el hombre se puso de rodillas delante de Jesús, y le dijo: —Creo, Señor. Luego dijo Jesús: —Yo he venido a este mundo para hacer juicio, para que los ciegos vean y para que los que ven se vuelvan ciegos. Algunos fariseos que estaban con él, al oír esto, le preguntaron: —¿Acaso nosotros también somos ciegos? Jesús les contestó: —Si ustedes fueran ciegos, no tendrían culpa de sus pecados. Pero como dicen que ven, son culpables.

El Evangelio del Señor.
Te alabamos, Cristo Señor.

El Sermón

El Revdo. Austin K. Rios

Todos se sientan

El Credo de Nicea

De pie, decimos juntos

Creemos en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador de cielo y tierra,
de todo lo visible e invisible.

Creemos en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza que el Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros y por nuestra salvación
bajó del cielo:
por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,

y se hizo hombre.
Por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato:
padeció y fue sepultado.

Resucitó al tercer día,
según las Escrituras,
subió al cielo
y está sentado a la derecha del Padre.
De nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.

Creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creemos en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Reconocemos un solo Bautismo para el perdón de los pecados.
Esperamos la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro. Amén.

Oraciones de los Fieles

Párese o arrodíllese para las oraciones como pueda.
En las pausas, agregue vuestras peticiones, y acción de gracias, a alta voz o in silencio.

Hermanos y hermanas, vivan como hijos de la luz, porque el fruto de la luz se encuentra en todo lo que es bueno, justo y verdadero. Oremos al Señor diciendo: “Luz del mundo, abre nuestros ojos”.

Señor nuestro Pastor, Tú has dado a tu Iglesia todo lo que necesitamos. Llueve sobre nosotros poderosamente con tu Espíritu, para que podamos dar testimonio de las cosas asombrosas que has hecho en nuestras vidas.

Pausa

Luz del mundo, Abre nuestros ojos.

Dios, estás presente en el valle de sombra de muerte. Consuela a todos aquellos alrededor del mundo que conocen el peligro, la violencia o la guerra. Por tu amor, echa fuera todo mal y temor.

Pausa

Luz del mundo, Abre nuestros ojos.

Señor, en verdes pastos nos haces descansar; a aguas de reposo nos conduces. Nos has bendecido con un hermoso planeta. Que trabajemos para preservar el don sagrado de la naturaleza.

Pausa

Luz del mundo, Abre nuestros ojos.

Señor, pon mesa a los hambrientos; donde hay escasez y necesidad en nuestros barrios, llena corazones, vidas y copas vacías con tu abundancia. Por tu luz expone todas las obras infructuosas de las tinieblas.

Pausa

Luz del mundo, Abre nuestros ojos.

Dios de la vida, persigue a los enfermos y afligidos con tu bondad y misericordia. Revela tus obras en los que sufren. Date a conocer como Sanador.

Pausa

Luz del mundo, Abre nuestros ojos.

Reanimador de almas, da a los moribundos ya los muertos tu promesa de vida nueva e interminable. Que algún día vivamos con ellos para siempre a la luz de Cristo.

Pausa

Luz del mundo, Abre nuestros ojos.

Una Oración por la Paz

Oremos juntos

Oh Dios, que unes el cielo y la tierra en una sola paz: permite que el designio de tu gran amor redima el desamor de nuestras iras y dolores: y da paz a tu Iglesia, paz entre las naciones, paz en nuestras moradas y paz en nuestros corazones: por tu Hijo nuestro Salvador Jesucristo. Amén.

La Colecta después de las Oraciones

Dios todopoderoso, que por tu Santo Espíritu nos has hecho uno con tus santos en el cielo y en la tierra: Concede que en nuestro peregrinaje terrenal seamos continuamente sostenidos por esta comunión de amor y oración, sabiéndonos rodeados por su testimonio de tu poder y misericordia. Te lo pedimos por amor de Jesucristo, en quien todas nuestras intercesiones son aceptables por medio del Espíritu, y que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Confesión de Pecado

Todos de pie o de rodillas.

Confesemos nuestros pecados contra Dios y contra nuestro prójimo.

Dios de misericordia,
confesamos que hemos pecado contra ti
por pensamiento, palabra y obra,
por lo que hemos hecho
y lo que hemos dejado de hacer.
No te hemos amado con todo el corazón;
no hemos amado a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Sincera y humildemente nos arrepentimos.
Por amor de tu Hijo Jesucristo,
ten piedad de nosotros y perdónanos;
así tu voluntad será nuestra alegría
y andaremos por tus caminos,
para gloria de tu Nombre. Amén.

Dios omnipotente tenga misericordia de ustedes, perdone todos sus pecados por Jesucristo nuestro Señor, les fortalezca en toda bondad y, por el poder del Espíritu Santo, les conserve en la vida eterna. Amén.

La Paz

Todos de pie

La paz del Señor sea siempre con ustedes.
Y con tu espíritu.

Tomamos este tiempo para saludar a todos los que nos rodean, en nombre de la paz y la reconciliación.

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El Ofertorio

Algunos asistentes pasarán por la congregación para recoger ofrendas.
Si desea hacer una donación con tarjeta de crédito u otros métodos, sigan este enlace, o visita nuestra página web: https://www.stpaulsrome.it/donar/?lang=es

Música para el Ofertorio

Exaudi Deus
Orlando di Lasso (1532-1594)

Oye mi oración, oh Dios, y no te escondas de mi petición.

Bendito seas, Señor Dios de toda la creación: por tu bondad tenemos para poner delante de ti este pan, que la tierra ha dado y las manos humanas han hecho. Se convertirá para nosotros en pan de vida.
Bendito sea Dios por los siglos.

Bendito seas, Señor Dios de toda la creación: por tu bondad tenemos este vino para ofrecerte, fruto de la vid y obra de manos humanas. Se convertirá para nosotros en la copa de la salvación.
Bendito sea Dios por los siglos.

El Gran Agradecimiento

Plegaria Eucarística A

La paz del Señor sea siempre con ustedes.
Y con tu espíritu.
Elevemos los corazones.
Los elevamos al Señor.
Demos gracias a Dios nuestro Señor.
Es justo darle gracias y alabanza.

En verdad es digno, justo y saludable, darte gracias, en todo tiempo y lugar, Padre omnipotente, Creador de cielo y tierra.

Tú ordenaste a tu pueblo fiel purificar sus corazones y prepararse con gozo para la fiesta Pascual; para que, fervientes en la oración y en las obras de misericordia, y renovados por tu Palabra y Sacramentos, lleguen a la plenitud de la gracia que tú has preparado para los que te aman.

Por tanto te alabamos, uniendo nuestras voces con los Ángeles y Arcángeles, y con todos los coros celestiales que, proclamando la gloria de tu Nombre, por siempre cantan este himno:

Sanctus
Stefano Vasselli

Cantamos juntos

Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en las alturas.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en las alturas.

La Congregación permanese en pie o en rodillas.

Padre Santo y bondadoso: En tu amor infinito nos hiciste para ti, y cuando caímos en pecado y quedamos esclavos del mal y de la muerte, tú, en tu misericordia, enviaste a Jesucristo, tu Hijo único y eterno, para compartir nuestra naturaleza humana, para vivir y morir como uno de nosotros, y así reconciliarnos contigo, el Dios y Padre de todos. Extendió sus brazos sobre la cruz y se ofreció en obediencia a tu voluntad, un sacrificio perfecto por todo el mundo.

En la noche en que fue entregado al sufrimiento y a la muerte, nuestro Señor Jesucristo tomó pan; y dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, y dijo: «Tomen y coman. Este es mi Cuerpo, entregado por ustedes. Hagan esto como memorial mío».

Después de la cena tomó el cáliz; y dándote gracias, se lo entregó, y dijo: «Beban todos de él. Esta es mi Sangre del nuevo Pacto, sangre derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados. Siempre que lo beban, háganlo como memorial mío».

Por tanto, proclamamos el misterio de fe:

Cristo ha muerto.
Cristo ha resucitado.
Cristo volverá.

Padre, en este sacrificio de alabanza y acción de gracias, celebramos el memorial de nuestra redención. Recordando su muerte, resurrección y ascensión, te ofrecemos estos dones.

Santificalos con tu Espíritu Santo, y así serán para tu pueblo el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, la santa comida y la santa bebida de la vida nueva en él que no tiene fin. Santifícanos también, para que recibamos fielmente este Santo Sacramento y seamos perseverantes en tu servicio en paz y unidad. Y en el día postrero, llévanos con todos tus santos al gozo de tu reino eterno.

Todo esto te pedimos por tu Hijo Jesucristo. Por él, y con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo, tuyos son el honor y la gloria, Padre omnipotente, ahora y por siempre. AMEN. AMEN.

Padre Nuestro

Oremos como nuestro Salvador Cristo nos enseñó.

Los invitamos a orar en sus propios idiomas.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,

hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder, y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

Fracción del Pan

¡Aleluya! Cristo, nuestra Pascua, se ha sacrificado por nosotros.
¡Celebremos la fiesta! ¡Aleluya!

Agnus Dei

Agnus Dei
Kenneth Miller

Cantamos juntos.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: danos la paz.

La Administración de la Comunión

Los dones de Dios para el pueblo de Dios.

Todos los cristianos bautizados de cualquier denominación están invitados a participar plenamente en la Comunión. Los niños bautizados pueden recibir a discreción de sus padres.

Si no desea comulgar, puede pasar al frente para recibir una bendición,
se indica cruzando los brazos sobre el pecho. Hay hostias de comunión sin gluten disponibles;
por favor levante su mano en la barandilla del altar para recibir uno.

Musica durante la Comunión

Laetare Jerusalem
Andrea Gabrieli (1510-1585)

Rejoice, O Jerusalem, and come together,
all you who love her: rejoice with joy,
you who have been in sorrow:
that you may exult,
and be filled from the breasts of your consolation.

Oración después de la Comunión

Oremos.

Eterno Dios, Padre celestial,
en tu bondad nos has aceptado como miembros vivos
de tu Hijo, nuestro Salvador Jesucristo;
nos has nutrido con alimento espiritual
en el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre.
Envíanos ahora en paz al mundo;
revístenos de fuerza y de valor
y sencillez de corazón;
con alegría y sencillez de corazón;
por Cristo nuestro Señor. Amén.

Oración Solemne y Bendición

Póstrense de hinojos delante del Señor.

Contempla misericordiosamente a esta tu famila, Dios omnipotente, para que por tu gran bondad sea gobernada y preservada por siempre; por Cristo nuestro Señor. Amén.

Regreso

O por mil lenguas para cantar
Azmon

Cantamos juntos

O por mil lenguas para cantar
la alabanza de mi querido Redentor,
las glorias de mi Dios y Rey,
los triunfos de su gracia!

Mi bondadoso Maestro y mi Dios,
ayúdame a proclamar
y se extendió por toda la tierra
en el extranjero los honores de tu Nombre.

¡Jesús! el Nombre que encanta nuestros miedos
y pide que cesen nuestras penas;
es música en los oídos del pecador,
es vida, salud y paz.

Él habla; y, escuchando su voz,
nueva vida reciben los muertos,
los tristes corazones rotos se regocijan,
los humildes pobres creen.

Escúchenlo, ustedes sordos;
vosotros los sin voz, vuestras lenguas sueltas emplean;
ciegos, he aquí, vuestro Salvador viene;
¡Y saltad, cojos, de alegría!

Gloria a Dios y alabanza y amor
ser ahora y siempre dado
por los santos de abajo y los santos de arriba,
la Iglesia en la tierra y en el cielo.

  • Charles Wesley (1707-1788)

La Despedida

Vayan en paz para amar y servir al Señor. Go in peace to love and serve the Lord!
¡Demos gracias a Dios! Thanks be to God!

Postludio

Canten al Señor una nueva canción
Antonin Dvořák (1841-1904)