15 de septiembre de 2024, 10.30am

A todos los amados de Dios que están en Roma, llamados a ser santos:
Gracia a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (Romanos 1:7)

Celebrante y Predicador: El Reverendo Canónigo John W. Kilgore, M.D.
Vicario: El Rev. Dr. Francisco Alberca

Organista: Stefano Vasselli
‘Matices’
St. Paul’s Choir


Las lecturas están tomadas de la versión Dios Habla Hoy de la Biblia; los Salmos siguen el Libro de Oración Común.
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Preludio

Johann Sebastian Bach (1685-1750)
Preludio en do mayor BWV 547a

Palabras de Bienvenida

Himno

Siyahamba

Siyahamba ekukhanyeni kwenkos
Siyahamba ekukhanyeni kwenkos (x2)
Siyahamba, (ooh)
Siyahamba ekukhanyeni kwenkos (x2)

We are marching in the light of God
We are marching in the light of God (x2)
We are marching, (ooh)
We are marching in the light of God (x2)

Caminamos en la luz de Dios
Caminamos en la luz de Dios (x2)
Caminamos, (ooh)
Caminamos en la luz de Dios (x2)

  • Canto de adoración en Zulu

Aclamación de Apertura

Bendito sea Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Y bendito sea su reino, ahora y siempre. Amén.

Dios omnipotente, para quien todos los corazones están manifiestos, todos los deseos son conocidos y ningún secreto se halla encubierto: Purifica los ensamientos de nuestros corazones por la inspiración de tu Santo Espíritu, para que perfectamente te amemos y dignamente proclamemos la grandeza de tu santo Nombre; por Cristo nuestro Señor. Amén.

Gloria

Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a quienes ama el Señor.

Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos, te adoramos,
te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso.

Señor, Hijo único Jesucristo, Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre:
Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros;
Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;
Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros:

Porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor,
sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre. Amén.

La Colecta del Día

El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.
Oremos.

Oh Dios, puesto que sin ti no podemos complacerte: Concede, por tu misericordia, que tu Espíritu Santo dirija y gobierne nuestros corazones; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre Amén.

Todos se sientan para las lecturas y el salmo.

La Primera Lectura : Proverbios 1:20-33

Lectura del Libro de los Proverbios.

Por calles y avenidas la sabiduría hace oír su voz; proclama sus palabras por las puertas, por los puntos más concurridos de la ciudad: «Jóvenes inexpertos, burlones y necios, ¿hasta cuándo amarán la inexperiencia, y hallarán placer en sus burlas, y despreciarán el saber? Presten atención a mis correcciones y yo los colmaré de mi espíritu; les daré a conocer mis pensamientos. Yo los he llamado, los he invitado a venir, pero ustedes no han querido hacerme caso. Al contrario, han rechazado mis consejos; no han querido recibir mi corrección. ¡Ya me tocará reír cuando les llegue la desgracia! ¡Ya me burlaré cuando estén muertos de miedo, cuando vengan sobre ustedes temores y problemas, desesperación y angustia, como un torbellino que todo lo destruye! »Ese día me llamarán, pero no responderé; me buscarán, pero no me encontrarán; pues desprecian la sabiduría y no quieren honrar al Señor. No desean recibir mis consejos; desprecian mis correcciones. ¡Pues sufrirán las consecuencias de su conducta! ¡Quedarán hartos de sus malas intenciones! A los inexpertos los mata su falta de experiencia, y a los necios los destruye su despreocupación; pero el que me preste atención, vivirá en paz y sin temor de ningún peligro.»

Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.

El Salmo

Salmo 19 : Caeli enarrant

1 Los cielos proclaman la gloria de Dios, *
y la bóveda celeste pregona las obras de sus manos.

2 Un día emite palabra al otro día, *
y una noche a la otra noche imparte sabiduría.

3 Aunque no hay palabras, ni lenguaje, *
ni son oídas sus voces,

4 Por toda la tierra salió su sonido, *
y hasta el extremo del mundo su mensaje.

5 En el mar puso tabernáculo para el sol, *
y éste, como esposo que sale de su alcoba,
se alegra cual paladín para correr su camino.

6 It goes forth from the uttermost edge of the heavens
and runs about to the end of it again; *
nothing is hidden from its burning heat.

7 La ley del Señor es perfecta, que aviva el alma; *
el testimonio del Señor es fiel, que hace sabio al sencillo.

8 Los mandamientos del Señor son rectos, que alegran el corazón; *
el precepto del Señor es claro, que alumbra los ojos.

9 El temor del Señor es limpio, que permanece para siempre; *
los juicios del Señor son verdad, completamente justos.

10 Deseables son, más que el oro, más que oro fino; *
dulce más que miel, que la que destila del panal.

11 Tu siervo es además por ellos alumbrado, *
y al guardarlos hay grande galardón.

12 ¿Quién podrá entender sus propios errores? *
Líbrame de los que me son ocultos.

13 Preserva también a tu siervo de las soberbias,
que no se enseñoreen de mí; *
entonces seré íntegro, y estaré limpio del gran pecado.

14 Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación
de mi corazón delante de ti, *
oh Señor, Roca mía y Redentor mío.

La Segunda Lectura: Santiago 3:1-12

Lectura de la Carta de Santiago.

Hermanos míos, no haya entre ustedes tantos maestros, pues ya saben que quienes enseñamos seremos juzgados con más severidad. Todos cometemos muchos errores; ahora bien, si alguien no comete ningún error en lo que dice, es un hombre perfecto, capaz también de controlar todo su cuerpo. Cuando ponemos freno en la boca a los caballos para que nos obedezcan, controlamos todo su cuerpo. Y fíjense también en los barcos: aunque son tan grandes y los vientos que los empujan son fuertes, los pilotos, con un pequeño timón, los guían por donde quieren. Lo mismo pasa con la lengua; es una parte muy pequeña del cuerpo, pero es capaz de grandes cosas.

¡Qué bosque tan grande puede quemarse por causa de un pequeño fuego! Y la lengua es un fuego. Es un mundo de maldad puesto en nuestro cuerpo, que contamina a toda la persona. Está encendida por el infierno mismo, y a su vez hace arder todo el curso de la vida. El hombre es capaz de dominar toda clase de fieras, de aves, de serpientes y de animales del mar, y los ha dominado; pero nadie ha podido dominar la lengua. Es un mal que no se deja dominar y que está lleno de veneno mortal. Con la lengua, lo mismo bendecimos a nuestro Señor y Padre, que maldecimos a los hombres creados por Dios a su propia imagen. De la misma boca salen bendiciones y maldiciones. Hermanos míos, esto no debe ser así. De un mismo manantial no puede brotar a la vez agua dulce y agua amarga. Así como una higuera no puede dar aceitunas ni una vid puede dar higos, tampoco, hermanos míos, puede dar agua dulce un manantial de agua salada.

Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.

Himno

Pescador de hombres

Tú has venido a la orilla,
no has buscado ni a sabios, ni a ricos,
tan sólo quieres que yo te siga.

Senor, me has mirado a los ojos; sonriendo has dicho mi nombre;
en la arena he dejado mi barca; junto a ti buscaré otro mar.

Tú sabes bien lo que tengo:
en mi barca no hay oro ni espadas;
tan sólo redes y mi trabajo.

Tú necesitas mis manos,
mi cansancio que a otros descanse,
amor que quiera sequir amando.

Tú, Pescador de otros mares,
ansia eterna de almas que esperan.
Amigo bueno, que así me llamas.

El Evangelio : Marco 8:27-38

Santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, según San Marco.
Gloria a ti, Cristo Señor.

Jesús y sus discípulos fueron a las aldeas de la región de Cesarea de Filipo. En el camino, Jesús preguntó a sus discípulos: —¿Quién dice la gente que soy yo? Ellos contestaron: —Algunos dicen que eres Juan el Bautista, otros dicen que eres Elías, y otros dicen que eres uno de los profetas. —Y ustedes, ¿quién dicen que soy? —les preguntó. Pedro le respondió: —Tú eres el Mesías. Pero Jesús les ordenó que no hablaran de él a nadie.

Jesús comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre tendría que sufrir mucho, y que sería rechazado por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes y por los maestros de la ley. Les dijo que lo iban a matar, pero que resucitaría a los tres días. Esto se lo advirtió claramente. Entonces Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo. Pero Jesús se volvió, miró a los discípulos y reprendió a Pedro, diciéndole: —¡Apártate de mí, Satanás! Tú no ves las cosas como las ve Dios, sino como las ven los hombres.

Luego Jesús llamó a sus discípulos y a la gente, y dijo: —Si alguno quiere ser discípulo mío, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz y sígame. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda la vida por causa mía y por aceptar el evangelio, la salvará. ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde la vida? O también, ¿cuánto podrá pagar el hombre por su vida? Pues si alguno se avergüenza de mí y de mi mensaje delante de esta gente infiel y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga con la gloria de su Padre y con los santos ángeles.

El Evangelio del Señor.
Te alabamos, Cristo Señor..

El Sermón

El Rev.do Canónigo John W. Kilgore, M.D.

Todos se sientan

El Credo de Nicea

De pie, decimos juntos

Creemos en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador de cielo y tierra,
de todo lo visible e invisible.

Creemos en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza que el Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros y por nuestra salvación
bajó del cielo:
por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,


y se hizo hombre.
Por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato: padeció y fue sepultado.

Resucitó al tercer día,
según las Escrituras,
subió al cielo
y está sentado a la derecha del Padre.
De nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.

Creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creemos en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Reconocemos un solo Bautismo para el perdón de los pecados.
Esperamos la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro. Amén.

Oración de los Fieles : Fórmula VI

Párese o arrodíllese para las oraciones como pueda.
En las pausas, agregue vuestras peticiones, y acción de gracias, a alta voz o in silencio.

En paz oramos a ti, Señor Dios.

Por todos los seres humanos en su vida y trabajo diarios;
Por nuestras familias, amigos y vecinos, y por los que están solos.

Por esta comunidad, por esta nación, y por el mundo entero;
Por cuantos trabajan por la justicia, la libertad y la paz.

Por el uso justo y adecuado de tu creación;
Por las víctimas del hambre, el temor, la injusticia y la opresión.

Por cuantos se hallan en peligro, tristeza, o cualquier otra adversidad;
Por los que ministran a los enfermos, a los desamparados y a los necesitados.

Por la paz y unidad de la Iglesia de Dios;
Por todos los que proclaman el Evangelio, y cuantos buscan la Verdad.

Por Michael, nuestro Obispo Presidente, y Sean, Obispo Presidente electo; para Mark, nuestro obispo, y el arzobispo Ian, director del Centro Anglicano en Roma; por Juan nuestro Rector Interino y Francisco nuestro Vicario; y por todos los obispos y demás ministros;
Para todos los que sirven a Dios en su Iglesia.

Dios Todopoderoso, tú conoces las necesidades de tu Iglesia en cada lugar: Míranos con gracia a nosotros, el pueblo de San Pablo Dentro de los Muros, y concédenos la guía de tu Espíritu Santo mientras buscamos un nuevo Sacerdote para esta parroquia. Danos discernimiento, sabiduría y confianza en tu tiempo. Oramos por la vida de nuestra parroquia, para que podamos seguir fortaleciéndonos en nuestra misión de “Dar testimonio en Roma de una fe cristiana dinámica y viva, abierta a todos y sin rechazar a nadie”. Todo esto te lo pedimos mientras caminamos en tus caminos para la gloria de tu nombre.

Oramos juntos por la paz.

Oh Dios, que uniste el cielo y la tierra en una sola paz: deja que el designio de tu gran amor redima el desperdicio de nuestras iras y dolores: y da paz a tu Iglesia, paz entre las naciones, paz en nuestras moradas, y paz en nuestros corazones: por tu Hijo nuestro Salvador Jesucristo. Amén.

Atiéndenos, Señor;
Porque grande es tu misericordia.

Te damos gracias, Señor, por todas las bendiciones de esta vida.

Te exaltaremos, oh Dios nuestro Rey;
Y alabaremos tu Nombre para siempre.

Te pedimos por todos los que han muerto, para que tengan un lugar en tu reino eterno. De manera especial, recordamos a Juan Santander.

Señor, concédeles tu misericordia;
Porque en ti han confiado.

También te pedimos por el perdón de nuestros pecados.

Ten misericordia de nosotros, Padre de toda bondad;
en tu compasión perdona nuestros pecados,
los conocidos y los desconocidos;
lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer.
Sustenta a tus siervos con tu Espíritu,
para que vivamos y te sirvamos en novedad de vida,
para honra y gloria de tu Nombre;
por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Dios omnipotente tenga misericordia de ustedes, perdone todos sus pecados por Jesucristo nuestro Señor, les fortalezca en toda bondad y, por el poder del Espíritu Santo, les conserve en la vida eterna. Amén.

La Paz

Todos de pie

La paz del Señor sea siempre con ustedes.
Y con tu espíritu.

Saludamos a todos los que nos rodean en nombre de la paz y la reconciliación.

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El Ofertorio

Algunos funcionarios pasarán entre vosotros para recoger vuestras ofrendas económicas.
Si prefieres hacer una donación online o con tarjeta de crédito sigue este enlace. Para obtener información sobre otras formas de donar: https://www.stpaulsrome.it/es/donar/

Música para el Ofertorio

Jan Pieterszoon Sweelinck (1562-1621)
Qui vult venire post me

El Gran Agradecimiento

Plegaria Eucarística B

El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.
Elevemos los corazones.
Los elevamos al Señor.
Demos gracias a Dios nuestro Señor.
Es justo darle gracias y alabanza.

En verdad es digno, justo y saludable, darte gracias, en todo tiempo y lugar, Padre omnipotente, Creador de cielo y tierra.

Pero principalmente tenemos que alabarte por la gloriosa resurrección de tu Hijo nuestro Señor Jesucristo; pues él es el verdadero Cordero Pascual, quien fue sacrificado por nosotros, y ha quitado los pecados del mundo. Por su muerte ha destruido la muerte, y por su resurrección a la vida, ha conquistado para nosotros la vida eterna.

Por tanto te alabamos, uniendo nuestras voces con los Ángeles y Arcángeles, y con todos los coros celestiales que, proclamando la gloria de tu Nombre, por siempre cantan este himno:

Sanctus

Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

La Congregación permanece en pie o en rodillas.

Te damos gracias, oh Dios, por la bondad y el amor que tú nos has manifestado en la creación; en el llamado a Israel para ser tu pueblo; en tu Verbo revelado a través de los profetas; y, sobre todo, en el Verbo hecho carne, Jesús, tu Hijo. Pues en la plenitud de los tiempos le has enviado para que se encarnara de María la Virgen a fin de ser el Salvador y Redentor del mundo. En él, nos has librado del mal, y nos has hecho dignos de estar en tu presencia. En él, nos has sacado del error a la verdad, del pecado a la rectitud, y de la muerte a la vida.

En la víspera de su muerte por nosotros, nuestro Señor Jesucristo tomó pan; y dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, y dijo: “Tomen y coman. Este es mi Cuerpo, entregado por ustedes. Hagan esto como memorial mío”.

Después de la cena tomó el cáliz; y dándote gracias, se lo entregó, y dijo: “Beban todos de él. Esta es mi Sangre del nuevo Pacto, sangre derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados. Siempre que lo beban, háganlo como memorial mío”.

Por tanto, oh Padre, según su mandato,

Recordamos su muerte,
Proclamamos su resurrección,
Esperamos su venida en gloria;


Y te ofrecemos nuestro sacrificio de alabanza y acción de gracias, Señor de todos; ofreciéndote, de tu creación, este pan y este vino.

Te suplicamos, Dios bondadoso, que envíes tu Espíritu Santo sobre estos dones, para que sean el Sacramento del Cuerpo de Cristo y su Sangre del nuevo Pacto. Unenos a tu Hijo en su sacrificio, a fin de que, por medio de él, seamos aceptables, siendo santificados por el Espíritu Santo. En la plenitud de los tiempos, sujeta todas las cosas a tu Cristo y llévanos a la patria celestial donde, con San Pablo y todos tus santos, entremos en la herencia eterna de tus hijos; por Jesucristo nuestro Señor, el primogénito de toda la creación, la cabeza de la Iglesia, y el autor de nuestra salvación.

Por él, y con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo, tuyos son el honor y la gloria, Padre omnipotente, ahora y por siempre. AMEN.

Padre Nuestro

Oremos como nuestro Salvador Cristo nos enseñó,

Padre nuestro tu que estas / en los que aman la verdad
que en el reino que se nos prometió / llegue pronto a nuestro corazón
que el amor… que tu hijo nos dejó / ese amor… habite en nosotros

En el pan de la unidad / cristo danos tú la paz
y olvídate de nuestro mal / si olvidamos el de los demás
no permitas que caigamos en tentación / o señor … y ten piedad del mundo

y ten piedad del mundo

Fracción del Pan

Cristo, nuestra Pascua, se ha sacrificado por nosotros.
¡Celebremos la fiesta!

Agnus Dei

Cantamos juntos en Swahili

Cordero de Dios, tú quitas los pecados del mundo: ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, tú quitas los pecados del mundo: ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, tú quitas los pecados del mundo: danos la paz.

La Administración de la Comunión

Los dones de Dios para el pueblo de Dios.

Todos los cristianos bautizados de cualquier denominación están invitados a participar plenamente en la Comunión. Los niños bautizados pueden recibir a discreción de sus padres.

Si no deseas tomar la comunión, puedes acercarte para recibir una bendición.
indicado cruzando los brazos sobre el pecho. Se encuentran disponibles obleas de comunión sin gluten; por favor levante la mano para recibir uno.

Musica durante la Comunión

Canto de adoración en Xosa
Sikuyo indlela

Oración después de la Comunión

Oremos.

Eterno Dios, Padre celestial,
en tu bondad nos has aceptado como miembros vivos
de tu Hijo, nuestro Salvador Jesucristo;
nos has nutrido con alimento espiritual
en el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre.
Envíanos ahora en paz al mundo;
revístenos de fuerza y de valor
para amarte y servirte
con alegría y sencillez de corazón;
por Cristo nuestro Señor. Amén.

Bendición

La paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, guarda vuestros corazones y vuestras mentes en el conocimiento y amor de Dios, y de su Hijo, Jesucristo nuestro Señor; y la bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, sea sobre vosotros y permanezca con vosotros para siempre. Amén.

Himno

El único fundamento de la Iglesia
Aurelia

El único fundamento de la Iglesia es Jesucristo su Señor;
ella es su nueva creación por agua y la palabra:
Del cielo vino y la buscó ser su santa novia;
con su propia sangre la compró, y por su vida murió.

Elegidos de cada nación, sin embargo, uno sobre toda la tierra,
su carta de salvación, un Señor, una fe, un nacimiento;
un santo Nombre ella bendice, participa de un alimento santo,
y a una esperanza ella presiona, con toda gracia dotada.

Aunque con un asombro desdeñoso los hombres la ven dolorosamente oprimida,
por cismas desgarrados, por herejías angustiadas;
sin embargo, los santos mantienen su guardia, su grito se eleva: ‘¿Hasta cuándo?’
y pronto la noche del llanto será la mañana del canto.

En medio del trabajo y la tribulación, y el tumulto de su guerra
ella espera la consumación de paz para siempre;
hasta con la visión gloriosa sus ojos anhelantes son benditos,
y la gran Iglesia victoriosa será la Iglesia en reposo.

Sin embargo, ella en la tierra tiene unión con Dios, los Tres en Uno,
y mística dulce comunión con aquellos cuyo descanso está ganado.
¡Oh felices y santos! Señor, danos gracia para que
como ellos, los mansos y humildes, en lo alto habitará contigo.

  • Samuel John Stone (1839-1900)

La Despedida

Salgamos con gozo al mundo, en el poder del Espíritu.
Let us go forth into the world, rejoicing in the power of the Spirit.
Demos gracias a Dios. Thanks be to God!

Postludio

Johann Sebastian Bach (1685-1750)
Fuga en do mayor BWV 547b