18 de agosto de 2024, 10.30am

A todos los amados de Dios que están en Roma, llamados a ser santos:
Gracia a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (Romanos 1:7)

Celebrante y Predicador: El Reverendo Canónigo John W. Kilgore, M.D.
Vicario: El Rev. Dr. Francisco Alberca

Organista: Stefano Vasselli


Las lecturas están tomadas de la versión Dios Habla Hoy de la Biblia; los Salmos siguen el Libro de Oración Común.
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Preludio

W. A. Mozart (1756-1791)
Allegro moderato – Sonata k.330

Palabras de Bienvenida

Himno

¡Alabad al Señor!Laudate Dominum

Todos de pie, cantamos juntos.

¡Alabad al Señor!
Alabadle en las alturas;
regocijaos en su palabra,
vosotros ángeles de luz;
cielos, adoradlo
por quien fuisteis hechos,
y adorarle delante de él,
en brillo dispuesto.

¡Alabad al Señor!
Alabadle en la tierra,
en melodioso acuerdo,
todos vosotros de nuevo nacimiento;
alabado sea el que os ha traído
su gracia desde lo alto,
alaba al que te ha enseñado
para cantar de su amor.

¡Alabad al Señor!
Todas las cosas que dan sonido;
cada acorde jubiloso
resonar alrededor;
órganos ruidosos, su gloria
Habla en tono profundo,
y dulce arpa, la historia
de lo que ha hecho.

¡Alabad al Señor!
acción de gracias y canción
a él sea derramado
¡todas las edades!
Por amor en la creación,
por el cielo restaurado,
por la gracia de la salvación,
¡Alabad al Señor!

  • Henry Williams Baker (1821-1877)

Aclamación de Apertura

Bendito sea Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Y bendito sea su reino, ahora y siempre. Amén.

Dios omnipotente, para quien todos los corazones están manifiestos, todos los deseos son conocidos y ningún secreto se halla encubierto: Purifica los ensamientos de nuestros corazones por la inspiración de tu Santo Espíritu, para que perfectamente te amemos y dignamente proclamemos la grandeza de tu santo Nombre; por Cristo nuestro Señor. Amén.

La Colecta del Día

El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.
Oremos.

Dios omnipotente, por nosotros entregaste a tu Hijo único como sacrificio por los pecados y como ejemplo de vida piadosa: Danos gracia para recibir con gratitud los frutos de su obra redentora, y seguir de día en día las huellas benditas de su santísima vida; por Jesucristo tu Hijo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

Todos se sientan para las lecturas y el salmo.

La Lectura : 1 Reyes 2:10-12; 3:3-14

Del primer libro de los Reyes.

David murió y fue enterrado con sus antepasados en la Ciudad de David. Fue rey de Israel durante cuarenta años, de los cuales reinó siete en Hebrón y treinta y tres en Jerusalén. Luego reinó Salomón en lugar de David, su padre, y su reinado fue muy estable.

Salomón amaba al Señor y cumplía las leyes establecidas por David, su padre, aun cuando él mismo ofrecía sacrificios e incienso en los lugares altos, e incluso iba a Gabaón para ofrecer allí sacrificios, porque aquél era el lugar alto más importante; y ofrecía en aquel lugar mil holocaustos.
Una noche, en Gabaón, el Señor se apareció en sueños a Salomón y le dijo: «Pídeme lo que quieras, y yo te lo daré.» Salomón respondió: «Tú trataste con gran bondad a mi padre, tu siervo David, pues él se condujo delante de ti con lealtad, justicia y rectitud de corazón para contigo. Por eso lo trataste con tanta bondad y le concediste que un hijo suyo se sentara en su trono, como ahora ha sucedido. Tú, Señor y Dios mío, me has puesto para que reine en lugar de David, mi padre, aunque yo soy un muchacho joven y sin experiencia. Pero estoy al frente del pueblo que tú escogiste: un pueblo tan grande que, por su multitud, no puede contarse ni calcularse. Dame, pues, un corazón atento para gobernar a tu pueblo, y para distinguir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién hay capaz de gobernar a este pueblo tuyo tan numeroso?»

Al Señor le agradó que Salomón le hiciera tal petición, y le dijo: «Porque me has pedido esto, y no una larga vida, ni riquezas, ni la muerte de tus enemigos, sino inteligencia para saber oír y gobernar, voy a hacer lo que me has pedido: yo te concedo sabiduría e inteligencia como nadie las ha tenido antes que tú ni las tendrá después de ti. Además, te doy riquezas y esplendor, cosas que tú no pediste, de modo que en toda tu vida no haya otro rey como tú. Y si haces mi voluntad, y cumples mis leyes y mandamientos, como lo hizo David, tu padre, te concederé una larga vida.»

Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.

El Salmo

Salmo 111 : Confitebor tibi

1 ¡Aleluya! Alabaré al Señor de todo corazón
en la reunión de los hombres honrados, en la comunidad entera.

2 Las obras del Señor son grandes,
y quienes las aman, las estudian.

3 Su obra es bella y esplendorosa,
y su justicia permanece para siempre.

4 Ha hecho inolvidables sus maravillas.
El Señor es tierno y compasivo;.

5 da alimentos a los que lo honran;
¡se acuerda siempre de su alianza!

6 Mostró a su pueblo el poder de sus obras,
dándole lo que era posesión de los paganos.

7 Lo que él hace es justo y verdadero;
se puede confiar en sus mandamientos,

8 pues son firmes hasta la eternidad
y están hechos con verdad y rectitud.

9 Dio libertad a su pueblo y afirmó su alianza para siempre.
Dios es santo y terrible.

10 La mayor sabiduría consiste en honrar al Señor;
los que lo honran, tienen buen juicio. ¡Dios será siempre alabado!

W. A. Mozart (1756-1791)
Allegretto

El Evangelio : Juan 6:51-58

El Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según Juan.
¡Gloria a ti, Cristo Señor!

Yo soy ese pan vivo que ha bajado del cielo; el que come de este pan, vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi propia carne. Lo daré por la vida del mundo.» Los judíos se pusieron a discutir unos con otros: —¿Cómo puede éste darnos a comer su propia carne? Jesús les dijo: —Les aseguro que si ustedes no comen la carne del Hijo del hombre y beben su sangre, no tendrán vida. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo lo resucitaré en el día último. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, vive unido a mí, y yo vivo unido a él. El Padre, que me ha enviado, tiene vida, y yo vivo por él; de la misma manera, el que se alimenta de mí, vivirá por mí. Hablo del pan que ha bajado del cielo. Este pan no es como el maná que comieron los antepasados de ustedes, que a pesar de haberlo comido murieron; el que come de este pan, vivirá para siempre.

El Evangelio del Señor.
Te alabamos, Cristo Señor..

El Sermón

El Rev.do Canónigo John W. Kilgore, M.D.

Todos se sientan

El Credo de Nicea

De pie, decimos juntos

Creemos en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador de cielo y tierra,
de todo lo visible e invisible.

Creemos en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza que el Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros y por nuestra salvación
bajó del cielo:
por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,


y se hizo hombre.
Por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato: padeció y fue sepultado.

Resucitó al tercer día,
según las Escrituras,
subió al cielo
y está sentado a la derecha del Padre.
De nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.

Creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creemos en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Reconocemos un solo Bautismo para el perdón de los pecados.
Esperamos la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro. Amén.

Oración de los Fieles : Fórmula III

Párese o arrodíllese para las oraciones como pueda.
En las pausas, agregue vuestras peticiones, y acción de gracias, a alta voz o in silencio.

Padre, te suplicamos por tu santa Iglesia Católica.
Que todos seamos uno.

Concede que todos los miembros de la Iglesia te sirvan en verdad y humildad.
Que tu Nombre sea glorificado por todo el género humano.

Te pedimos por todos los obispos, presbíteros y diáconos.
Que sean fieles ministros de tu Palabra y Sacramentos.

Te pedimos por cuantos gobiernan y ejercen autoridad en todas las naciones del mundo.
Que haya justicia y paz en la tierra.

Danos gracia para hacer tu voluntad en todo cuanto emprendamos.
Que nuestras obras sean agradables a tus ojos.

Ten compasión de los que sufren de dolor o angustia.
Que sean librados de sus aflicciones.

Otorga descanso eterno a los difuntos.
Que sobre ellos resplandezca la luz perpetua.

Te alabamos por tus santos que han entrado en el gozo del Señor.
Que también nosotros tengamos parte en tu reino celestial.

Oremos por nuestras necesidades y las necesidades de los demás.

Dios Todopoderoso, tú conoces las necesidades de tu Iglesia en cada lugar: Míranos con gracia a nosotros, el pueblo de San Pablo Dentro de los Muros, y concédenos la guía de tu Espíritu Santo mientras buscamos un nuevo Sacerdote para esta parroquia. Danos discernimiento, sabiduría y confianza en tu tiempo. Oramos por la vida de nuestra parroquia, para que podamos seguir fortaleciéndonos en nuestra misión de “Dar testimonio en Roma de una fe cristiana dinámica y viva, abierta a todos y sin rechazar a nadie”. Todo esto te lo pedimos mientras caminamos en tus caminos para la gloria de tu nombre.

Oramos juntos por la paz.

Oh Dios, que uniste el cielo y la tierra en una sola paz: deja que el designio de tu gran amor redima el desperdicio de nuestras iras y dolores: y da paz a tu Iglesia, paz entre las naciones, paz en nuestras moradas, y paz en nuestros corazones: por tu Hijo nuestro Salvador Jesucristo. Amén.

Señor, atiende las súplicas de tu pueblo; y lo que fielmente te hemos pedido, concede que efectivamente lo obtengamos para la gloria de tu Nombre; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Confesión de Pecado

Confesemos nuestros pecados contra Dios y contra nuestro prójimo.

Dios de misericordia,
confesamos que hemos pecado contra ti
por pensamiento, palabra y obra,
por lo que hemos hecho
y lo que hemos dejado de hacer.
No te hemos amado con todo el corazón;
no hemos amado a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Sincera y humildemente nos arrepentimos.
Por amor de tu Hijo Jesucristo,
ten piedad de nosotros y perdónanos;
así tu voluntad será nuestra alegría
y andaremos por tus caminos,
para gloria de tu Nombre. Amén. Amén.

Dios omnipotente tenga misericordia de ustedes, perdone todos sus pecados por Jesucristo nuestro Señor, les fortalezca en toda bondad y, por el poder del Espíritu Santo, les conserve en la vida eterna. Amén.

La Paz

Todos de pie

La paz del Señor sea siempre con ustedes.
Y con tu espíritu.

Saludamos a todos los que nos rodean en nombre de la paz y la reconciliación.

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El Ofertorio

Algunos funcionarios pasarán entre vosotros para recoger vuestras ofrendas económicas.
Si prefieres hacer una donación online o con tarjeta de crédito sigue este enlace. Para obtener información sobre otras formas de donar: https://www.stpaulsrome.it/es/donar/

Música para el Ofertorio

W. A. Mozart (1756-1791)
Andante – Sonata k. 330

El Gran Agradecimiento

Plegaria Eucarística A

El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.
Elevemos los corazones.
Los elevamos al Señor.
Demos gracias a Dios nuestro Señor.
Es justo darle gracias y alabanza.

En verdad es digno, justo y saludable, darte gracias, en todo tiempo y lugar, Padre omnipotente, Creador de cielo y tierra.

Por nuestro Señor Jesucristo, quien el primer día de la semana venció a la muerte y al sepulcro, y por su gloriosa resurrección nos abrió el camino de la vida eterna.

Por tanto te alabamos, uniendo nuestras voces con los Ángeles y Arcángeles, y con todos los coros celestiales que, proclamando la gloria de tu Nombre, por siempre cantan este himno:

Sanctus

Cantamos juntos

Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

La Congregación permanece en pie o en rodillas.

Padre Santo y bondadoso: En tu amor infinito nos hiciste para ti, y cuando caímos en pecado y quedamos esclavos del mal y de la muerte, tú, en tu misericordia, enviaste a Jesucristo, tu Hijo único y eterno, para compartir nuestra naturaleza humana, para vivir y morir como uno de nosotros, y así reconciliarnos contigo, el Dios y Padre de todos.

Extendió sus brazos sobre la cruz y se ofreció en obediencia a tu voluntad, un sacrificio perfecto por todo el mundo.

En la noche en que fue entregado al sufrimiento y a la muerte, nuestro Señor Jesucristo tomó pan; y dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, y dijo: “Tomen y coman. Este es mi Cuerpo, entregado por ustedes. Hagan esto como memorial mío”.

Después de la cena tomó el cáliz; y dándote gracias, se lo entregó, y dijo: “Beban todos de él. Esta es mi Sangre del nuevo Pacto, sangre derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados. Siempre que lo beban, háganlo como memorial mío”.

Por tanto, proclamamos el misterio de fe:

Cristo ha muerto.
Cristo ha resucitado.
Cristo volverá.

Padre, en este sacrificio de alabanza y acción de gracias, celebramos el memorial de nuestra redención. Recordando su muerte, resurrección y ascensión, te ofrecemos estos dones.

Santificalos con tu Espíritu Santo, y así serán para tu pueblo el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, la santa comida y la santa bebida de la vida nueva en él que no tiene fin. Santifícanos también, para que recibamos fielmente este Santo Sacramento y seamos perseverantes en tu servicio en paz y unidad. Y en el día postrero, llévanos con todos tus santos al gozo de tu reino eterno.

Todo esto te pedimos por tu Hijo Jesucristo. Por él, y con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo, tuyos son el honor y la gloria, Padre omnipotente, ahora y por siempre. AMEN.

Padre Nuestro

Oremos como nuestro Salvador Cristo nos enseñó.

Los invitamos a orar en sus propios idiomas.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,


hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder, y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

Fracción del Pan

Cristo, nuestra Pascua, se ha sacrificado por nosotros.
¡Celebremos la fiesta!

Agnus Dei

Cantamos juntos

Cordero de Dios, tú quitas los pecados del mundo: ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, tú quitas los pecados del mundo: ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, tú quitas los pecados del mundo: danos la paz.

La Administración de la Comunión

Los dones de Dios para el pueblo de Dios.

Todos los cristianos bautizados de cualquier denominación están invitados a participar plenamente en la Comunión. Los niños bautizados pueden recibir a discreción de sus padres.

Si no deseas tomar la comunión, puedes acercarte para recibir una bendición.
indicado cruzando los brazos sobre el pecho. Se encuentran disponibles obleas de comunión sin gluten; por favor levante la mano para recibir uno.

Musica durante la Comunión

W. A. Mozart (1756-1791)
Allemanda

Oración después de la Comunión

Oremos.

Eterno Dios, Padre celestial,
en tu bondad nos has aceptado como miembros vivos
de tu Hijo, nuestro Salvador Jesucristo;
nos has nutrido con alimento espiritual
en el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre.
Envíanos ahora en paz al mundo;
revístenos de fuerza y de valor
para amarte y servirte
con alegría y sencillez de corazón;
por Cristo nuestro Señor. Amén.

Bendición

La paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, guarda vuestros corazones y vuestras mentes en el conocimiento y amor de Dios, y de su Hijo, Jesucristo nuestro Señor; y la bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, sea sobre vosotros y permanezca con vosotros para siempre. Amén.

Himno

Toda mi esperanza en Dios está fundada
Michael

Toda mi esperanza en Dios está fundada;
Él todavía renueva mi confianza.
Él me guía a través del cambio y el azar,
sólo bueno y sólo verdadero.
Dios desconocido,
el solo
llama mi corazón a ser suyo.

Orgullo humano y gloria terrenal,
espada y corona traicionan su confianza;
lo que con cuidado y trabajo construye,
torre y templo, caen al polvo.
Pero el poder de Dios,
hora tras hora,
es mi templo y mi torre.

La gran bondad de Dios sí perdura,
profunda su sabiduría, pensamiento pasajero:
lo acompañan esplendor, luz y vida,
la belleza surge de la nada.
Eternamente
de su tienda
Los mundos recién nacidos se elevan y adoran.

Diariamente el Dador Todopoderoso
nos conceden abundantes regalos;
su deseo deleita nuestra alma,
el placer nos lleva a donde vamos.
El amor permanece
en su mano;
el gozo espera su orden.

Todavía de la tierra al Dios eterno.
se haga sacrificio de alabanza,
por encima de todo alabanzas alabando
por el don de Cristo su Hijo.
Cristo llama
todos y cada uno:
vosotros los que seguís no caeréis.

  • Joachim Neander (1650-1680)

La Despedida

Let us go forth in the name of Christ.
Andiamo nel nome di Cristo.
Rendiamo grazie a Dio! Thanks be to God!

Postludio

W. A. Mozart (1756-1791)
Allegro – Sonata k. 330