4 de agosto de 2024, 10.30am
A todos los amados de Dios que están en Roma, llamados a ser santos:
Gracia a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (Romanos 1:7)
Celebrante y Predicador: El Reverendo Canónigo John W. Kilgore, M.D.
Vicario: El Rev. Dr. Francisco Alberca
Organista: Stefano Vasselli
Las lecturas están tomadas de la versión Dios Habla Hoy de la Biblia; los Salmos siguen el Libro de Oración Común.
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Preludio
Johann Sebastian Bach (1685-1750)
Preludio en La menor (de la Suite Inglesa n.3)
Palabras de Bienvenida
Himno
Pastor de almas, refresca y bendice
St. Agnes
Todos de pie, cantamos juntos.
Pastor de almas, refresca y bendice.
tu rebaño peregrino elegido
con maná en el desierto,
con agua de la roca.
No sólo de pan viviríamos,
pero por tu palabra de gracia,
con la fuerza de la cual viajamos
a nuestra morada.
Sé conocido por nosotros al partir el pan,
y no te vayas entonces;
Salvador, quédate con nosotros y difunde
tu mesa en nuestro corazón.
Señor, cena con nosotros en el amor divino.
tu Cuerpo y tu Sangre,
ese pan vivo, ese vino celestial,
sé nuestro alimento inmortal.
- James Montgomery (1771-1845)
Aclamación de Apertura
Bendito sea Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Y bendito sea su reino, ahora y siempre. Amén.
Dios omnipotente, para quien todos los corazones están manifiestos, todos los deseos son conocidos y ningún secreto se halla encubierto: Purifica los ensamientos de nuestros corazones por la inspiración de tu Santo Espíritu, para que perfectamente te amemos y dignamente proclamemos la grandeza de tu santo Nombre; por Cristo nuestro Señor. Amén.
La Colecta del Día
El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.
Oremos.
Que tu constante misericordia purifique y defienda a tu Iglesia, oh Señor; y, puesto que no puede continuar en seguridad sin tu auxilio, protégela y dirígela siempre por tu bondad; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Todos se sientan para las lecturas y el salmo.
La Lectura : 2 Samuel 11:26-12:13a
Lectura del segundo libro de Samuel.
Cuando la mujer de Urías supo que su marido había muerto, guardó luto por él; pero después que pasó el luto, David mandó que la trajeran y la recibió en su palacio, la hizo su mujer y ella le dio un hijo.
Pero al Señor no le agradó lo que David había hecho. El Señor envió al profeta Natán a ver a David. Cuando Natán se presentó ante él, le dijo: —En una ciudad había dos hombres. Uno era rico y el otro pobre. El rico tenía gran cantidad de ovejas y vacas, pero el pobre no tenía más que una ovejita que había comprado. Y él mismo la crió, y la ovejita creció en compañía suya y de sus hijos; comía de su misma comida, bebía en su mismo vaso y dormía en su pecho. ¡Aquel hombre la quería como a una hija! Un día, un viajero llegó a visitar al hombre rico; pero éste no quiso tomar ninguna de sus ovejas o vacas para preparar comida a su visitante, sino que le quitó al hombre pobre su ovejita y la preparó para dársela al que había llegado. David se enfureció mucho contra aquel hombre, y le dijo a Natán:
—¡Te juro por Dios que quien ha hecho tal cosa merece la muerte! ¡Y debe pagar cuatro veces el valor de la ovejita, porque actuó sin mostrar ninguna compasión!
Entonces Natán le dijo: —¡Tú eres ese hombre! Y esto es lo que ha declarado el Señor, el Dios de Israel: “Yo te escogí como rey de Israel, y te libré del poder de Saúl; te di el palacio y las mujeres de tu señor, y aun el reino de Israel y Judá. Por si esto fuera poco, te habría añadido muchas cosas más. ¿Por qué despreciaste mi palabra, e hiciste lo que no me agrada? Has asesinado a Urías el hitita, usando a los amonitas para matarlo, y te has apoderado de su mujer. Puesto que me has menospreciado al apoderarte de la esposa de Urías el hitita para hacerla tu mujer, jamás se apartará de tu casa la violencia. Yo, el Señor, declaro: Voy a hacer que el mal contra ti surja de tu propia familia, y en tu propia cara tomaré a tus mujeres y se las entregaré a uno de tu familia, el cual se acostará con ellas a plena luz del sol. Si tú has actuado en secreto, yo voy a actuar en presencia de todo Israel y a plena luz del sol.” David admitió ante Natán: —He pecado contra el Señor.
Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.
El Salmo
Salmo 51:1-13 : Miserere mei, Deus
Diremos el salmo en modo responsorial
1 Ten misericordia de mí, oh Dios, conforme a tu bondad; *
conforme a tu inmensa compasión borra mis rebeliones.
2 Lávame más y más de mi maldad, *
y límpiame de mi pecado;
3 Porque reconozco mis rebeliones, *
y mi pecado está siempre delante de mí.
4 Contra ti, contra ti sólo he pecado, *
y he hecho lo malo delante de tus ojos.
5 Por tanto eres reconocido justo en tu sentencia, *
y tenido por puro en tu juicio.
6 He aquí, he sido malo desde mi nacimiento, *
pecador desde el vientre de mi madre;
7 Porque he aquí, amas la verdad más que la astucia o
el saber oculto; * por tanto, enséñame sabiduría.
8 Límpiame de mi pecado, y seré puro; *
lávame, y seré más blanco que la nieve.
9 Hazme oír canciones de gozo y alegría, *
y se regocijará el cuerpo que has abatido.
10 Esconde tu rostro de mis pecados, *
y borra todas mis maldades.
11 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, *
y renueva un espíritu firme dentro de mí.
12 No me eches de tu presencia, *
y no quites de mí tu santo Espíritu.
13 Dame otra vez el gozo de tu salvación; *
y que tu noble Espíritu me sustente.
Johann Sebastian Bach (1685-1750)
Preludio en La menor (de la Suite Inglesa n.3)
El Evangelio : Juan 6:24-35
Santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, según Juan.
¡Gloria a ti, Cristo Señor!
Así que, al ver que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, la gente subió también a las barcas y se dirigió a Cafarnaúm, a buscarlo.
Al llegar ellos al otro lado del lago, encontraron a Jesús y le preguntaron: —Maestro, ¿cuándo viniste acá?
Jesús les dijo: —Les aseguro que ustedes me buscan porque comieron hasta llenarse, y no porque hayan entendido las señales milagrosas. No trabajen por la comida que se acaba, sino por la comida que permanece y que les da vida eterna. Ésta es la comida que les dará el Hijo del hombre, porque Dios, el Padre, ha puesto su sello en él. Le preguntaron: —¿Qué debemos hacer para realizar las obras que Dios quiere que hagamos? Jesús les contestó: —La única obra que Dios quiere es que crean en aquel que él ha enviado. Le preguntaron entonces: —¿Qué señal puedes darnos, para que al verla te creamos? ¿Cuáles son tus obras? Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: “Les dio a comer pan del cielo.” Jesús les contestó: —Les aseguro que no fue Moisés quien les dio a ustedes el pan del cielo, sino que mi Padre es quien les da el verdadero pan del cielo. Porque el pan que Dios da es el que ha bajado del cielo y da vida al mundo. Ellos le pidieron: —Señor, danos siempre ese pan.
Y Jesús les dijo: —Yo soy el pan que da vida. El que viene a mí, nunca tendrá hambre; y el que cree en mí, nunca tendrá sed.
El Evangelio del Señor.
Te alabamos, Cristo Señor..
El Sermón
El Rev.do Canónigo John W. Kilgore, M.D.
Todos se sientan
El Credo de Nicea
De pie, decimos juntos
Creemos en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador de cielo y tierra,
de todo lo visible e invisible.
Creemos en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza que el Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros y por nuestra salvación
bajó del cielo:
por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre.
Por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato: padeció y fue sepultado.
Resucitó al tercer día,
según las Escrituras,
subió al cielo
y está sentado a la derecha del Padre.
De nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creemos en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Reconocemos un solo Bautismo para el perdón de los pecados.
Esperamos la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro. Amén.
Oración de los Fieles : Fórmula VI
Párese o arrodíllese para las oraciones como pueda.
En las pausas, agregue vuestras peticiones, y acción de gracias, a alta voz o in silencio.
En paz oramos a ti, Señor Dios. Por todos los seres humanos en su vida y trabajo diarios;
Por nuestras familias, amigos y vecinos, y por los que están solos.
Por esta comunidad, por esta nación, y por el mundo entero;
Por cuantos trabajan por la justicia, la libertad y la paz.
Por el uso justo y adecuado de tu creación;
Por las víctimas del hambre, el temor, la injusticia y la opresión.
Por cuantos se hallan en peligro, tristeza, o cualquier otra adversidad;
Por los que ministran a los enfermos, a los desamparados y a los necesitados.
Por la paz y unidad de la Iglesia de Dios;
Por todos los que proclaman el Evangelio, y cuantos buscan la Verdad.
Por Michael, nuestro Obispo Presidente, y Sean, Obispo Presidente electo; para Mark, nuestro obispo, y el arzobispo Ian, director del Centro Anglicano en Roma; por Juan nuestro Rector Interino y Francisco nuestro Vicario; y por todos los obispos y demás ministros;
Para todos los que sirven a Dios en su Iglesia.
Dios Todopoderoso, tú conoces las necesidades de tu Iglesia en cada lugar: Míranos con gracia a nosotros, el pueblo de San Pablo Intramuros, y concédenos la guía de tu Espíritu Santo mientras buscamos un nuevo Sacerdote para esta parroquia. Danos discernimiento, sabiduría y confianza en tu tiempo. Oramos por la vida de nuestra parroquia, para que podamos seguir fortaleciéndonos en nuestra misión de “Dar testimonio en Roma de una fe cristiana dinámica y viva, abierta a todos y sin rechazar a nadie”. Todo esto te lo pedimos mientras caminamos en tus caminos para la gloria de tu nombre.
Pausa
Oramos juntos por la paz. Oh Dios, que unes el cielo y la tierra en una sola paz: permite que el designio de tu gran amor redima el desamor de nuestras iras y dolores: y da paz a tu Iglesia, paz entre las naciones, paz en nuestras moradas y paz en nuestros corazones: por tu Hijo nuestro Salvador Jesucristo. Amén.
Atiéndenos, Señor; Porque grande es tu misericordia.
Te damos gracias, Señor, por todas las bendiciones de esta vida.
Pausa
Te exaltaremos, oh Dios nuestro Rey;
Y alabaremos tu Nombre para siempre.
Te pedimos por todos los que han muerto, para que tengan un lugar en tu reino eterno.
Pausa
Señor, concédeles tu misericordia;
Porque en ti han confiado.
También te pedimos por el perdón de nuestros pecados.
Silencio
Ten misericordia de nosotros, Padre de toda bondad;
en tu compasión perdona nuestros pecados,
los conocidos y los desconocidos;
lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer.
Sustenta a tus siervos con tu Espíritu,
para que vivamos y te sirvamos en novedad de vida,
para honra y gloria de tu Nombre;
por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Dios omnipotente tenga misericordia de ustedes, perdone todos sus pecados por Jesucristo nuestro Señor, les fortalezca en toda bondad y, por el poder del Espíritu Santo, les conserve en la vida eterna. Amén.
La Paz
Todos de pie
La paz del Señor sea siempre con ustedes.
Y con tu espíritu.
Saludamos a todos los que nos rodean en nombre de la paz y la reconciliación.
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El Ofertorio
Algunos funcionarios pasarán entre vosotros para recoger vuestras ofrendas económicas.
Si prefieres hacer una donación online o con tarjeta de crédito sigue este enlace. Para obtener información sobre otras formas de donar: https://www.stpaulsrome.it/es/donar/
Música para el Ofertorio
Johann Sebastian Bach (1685-1750)
Allemande en sol menor
El Gran Agradecimiento
Plegaria Eucarística A
El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.
Elevemos los corazones.
Los elevamos al Señor.
Demos gracias a Dios nuestro Señor.
Es justo darle gracias y alabanza.
En verdad es digno, justo y saludable, darte gracias, en todo tiempo y lugar, Padre omnipotente, Creador de cielo y tierra.
Porque por medio del agua y del Espíritu Santo nos has hecho un pueblo nuevo en nuestro Señor Jesucristo, para manifestar tu gloria en todo el mundo.
Por tanto te alabamos, uniendo nuestras voces con los Ángeles y Arcángeles, y con todos los coros celestiales que, proclamando la gloria de tu Nombre, por siempre cantan este himno:
Sanctus
Cantamos juntos
Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
La Congregación permanece en pie o en rodillas.
Padre Santo y bondadoso: En tu amor infinito nos hiciste para ti, y cuando caímos en pecado y quedamos esclavos del mal y de la muerte, tú, en tu misericordia, enviaste a Jesucristo, tu Hijo único y eterno, para compartir nuestra naturaleza humana, para vivir y morir como uno de nosotros, y así reconciliarnos contigo, el Dios y Padre de todos.
Extendió sus brazos sobre la cruz y se ofreció en obediencia a tu voluntad, un sacrificio perfecto por todo el mundo.
En la noche en que fue entregado al sufrimiento y a la muerte, nuestro Señor Jesucristo tomó pan; y dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, y dijo: «Tomen y coman. Este es mi Cuerpo, entregado por ustedes. Hagan esto como memorial mío».
Después de la cena tomó el cáliz; y dándote gracias, se lo entregó, y dijo: «Beban todos de él. Esta es mi Sangre del nuevo Pacto, sangre derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados. Siempre que lo beban, háganlo como memorial mío».
Por tanto, proclamamos el misterio de fe:
Cristo ha muerto.
Cristo ha resucitado.
Cristo volverá.
Padre, en este sacrificio de alabanza y acción de gracias, celebramos el memorial de nuestra redención. Recordando su muerte, resurrección y ascensión, te ofrecemos estos dones.
Santificalos con tu Espíritu Santo, y así serán para tu pueblo el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, la santa comida y la santa bebida de la vida nueva en él que no tiene fin. Santifícanos también, para que recibamos fielmente este Santo Sacramento y seamos perseverantes en tu servicio en paz y unidad. Y en el día postrero, llévanos con todos tus santos al gozo de tu reino eterno.
Todo esto te pedimos por tu Hijo Jesucristo. Por él, y con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo, tuyos son el honor y la gloria, Padre omnipotente, ahora y por siempre. AMEN.
Padre Nuestro
Oremos como nuestro Salvador Cristo nos enseñó.
Los invitamos a orar en sus propios idiomas.
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder, y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.
Fracción del Pan
Cristo, nuestra Pascua, se ha sacrificado por nosotros.
¡Celebremos la fiesta!
Agnus Dei
Cantamos juntos
Cordero de Dios, tú quitas los pecados del mundo: ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, tú quitas los pecados del mundo: ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, tú quitas los pecados del mundo: danos la paz.
La Administración de la Comunión
Los dones de Dios para el pueblo de Dios.
Todos los cristianos bautizados de cualquier denominación están invitados a participar plenamente en la Comunión. Los niños bautizados pueden recibir a discreción de sus padres.
Si no deseas tomar la comunión, puedes acercarte para recibir una bendición.
indicado cruzando los brazos sobre el pecho. Se encuentran disponibles obleas de comunión sin gluten; por favor levante la mano para recibir uno.
Musica durante la Comunión
Johann Sebastian Bach (1685-1750)
Sarabande en sol menor
Oración después de la Comunión
Oremos.
Eterno Dios, Padre celestial,
en tu bondad nos has aceptado como miembros vivos
de tu Hijo, nuestro Salvador Jesucristo;
nos has nutrido con alimento espiritual
en el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre.
Envíanos ahora en paz al mundo;
revístenos de fuerza y de valor
para amarte y servirte
con alegría y sencillez de corazón;
por Cristo nuestro Señor. Amén.
Bendición
La paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, guarda vuestros corazones y vuestras mentes en el conocimiento y amor de Dios, y de su Hijo, Jesucristo nuestro Señor; y la bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, sea sobre vosotros y permanezca con vosotros para siempre. Amén.
Himno
Se hablan cosas gloriosas de ti
Austria
Cantamos juntos
Se hablan cosas gloriosas de ti,
Sión, ciudad de nuestro Dios;
aquel cuya palabra no puede ser quebrantada
te formó para su propia morada;
sobre la Roca de las Edades fundada,
¿Qué puede sacudir tu seguro reposo?
Con los muros de la salvación rodeados,
puedes sonreír a todos tus enemigos.
¡Ver! los arroyos de aguas vivas,
brotando del amor eterno,
abastece bien a tus hijos e hijas
y todo miedo a la miseria se eliminará.
¿Quién puede desmayarse cuando un río así
¿Alguna vez se calmará su sed?
Gracia que, como el Señor, el dador
nunca falla de edad en edad.
Alrededor de cada habitación flotando,
ver aparecer la nube y el fuego
para gloria y cobertura,
mostrando que el Señor está cerca.
Derivando así de su estandarte,
luz de noche y sombra de día,
seguro se alimentan del maná
que les da cuando oran.
Benditos habitantes de Sión,
¡Lavado en la sangre del Redentor!
Jesús, en quien confían sus almas,
los hace reyes y sacerdotes para Dios.
‘Es su amor que su pueblo levanta
sobre uno mismo para reinar como reyes:
y como sacerdotes, sus solemnes alabanzas
cada uno trae una ofrenda de acción de gracias.
- John Newton (1725-1807)
La Despedida
Let us bless the Lord. Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios. Thanks be to God!
Postludio
Johann Sebastian Bach (1685-1750)
Giga en sol menor